Los jóvenes empiezan a cansarse del Facebook

Los jóvenes empiezan a cansarse del Facebook

En los últimos años se han instalado las dudas sobre el futuro de Facebook y el hastío que puede estar provocando en algunos de sus usuarios más jóvenes. Son muchos los que dejan la red por un tiempo, cansados de la irrelevancia de su contenido.

Una vez solucionados los problemas que le ocasionó su desastrosa salida a Bolsa, y también despejadas las dudas que había de que la compañía llegara a conquistar el teléfono móvil, el dispositivo de acceso por excelencia, le ha surgido a Facebook otra dificultad: los jóvenes están dejando la red social o empiezan a valorar otras alternativas. Según algunas fuentes, Twitter ha adelantado a Facebook entre las preferencias de los millennials, los chavales que van de la edad del pavo a la veintena. Pero también Tumblr, Pinterest o Snapchat ganan adeptos.

Hace un par de años me decía un entendido que Facebook llevaba camino de convertirse en Internet. Es decir, que la red social iba a ser algo tan grande y total que no habría necesidad de salir de ella para encontrar cualquier cosa que se nos pasara por la cabeza. Lo que empezó siendo una herramienta con la que votar a las chichas guapas de la universidad de Harvard estaba destinada a engullir todo Internet y el contenido digital que se le pusiera a tiro: nuestra vida personal, la de nuestros amigos, información, opiniones, eventos, empresas, tiendas...

Sin embargo, en los últimos años se han instalado las dudas sobre el futuro de Facebook y el hastío que puede estar provocando en algunos de sus usuarios más jóvenes. Son muchos los que dejan la red por un tiempo, cansados de la irrelevancia de su contenido. Según la web Mashable, los chicos de la generación Y, que hoy rondan la veintena, empiezan a ver con ojos críticos la red de Mark Zuckerberg, que, todo hay que decirlo, sigue siendo la más popular del planeta, con más de 1.100 millones de usuarios.

Los chicos entrevistados por Mashable encuentran Facebook un sitio invasivo que no para de enviar estímulos y que, en consecuencia, no genera una interacción social verdadera con la gente que te importa de verdad. Tantos anuncios, fotos de Instagram, artículos y enlaces muchas veces dejan en segundo plano el calor de las conversaciones con los amigos de siempre, objetivo originario de la red. Facebook está interesada en que hagamos amigos, pero ¿qué clase de amigos? Al fin y al cabo, ¿quién puede mantener una relación de cierto calado con los cientos de friends que, por término medio, acabamos haciendo en esa red? La sabiduría popular y la experiencia nos dicen que los amigos casi siempre se pueden contar con los dedos de una mano.

Los chavales también empiezan a ser conscientes de los peligros que puede tener la foto de una fiesta o de una borrachera en el entorno laboral. Todos sabemos que hay departamentos de recursos humanos que peinan Internet en busca de rastros de nuestra vida profesional (y personal). Por eso, ahora los millennials se empiezan a decantar por aplicaciones como Snapchat, que borra al cabo de cierto tiempo los vídeos y fotos que envían sus usuarios. Por cierto, los osados creadores de Snapchat, que crearon la herramienta pensando en aquellos que tenían que desetiquetar fotos a última hora por una entrevista de trabajo, dieron con la puerta en las narices a Zuckerberg, que hizo una oferta hace un par de meses por valor de nada menos que 3.000 millones de dólares.

Pero hay más. Como recuerda Mashable, Facebook puede ser doloroso si rompemos con nuestra pareja, puesto que seguiremos durante mucho tiempo recibiendo comunicaciones y feedback emocional de los amigos comunes. Algunos jóvenes usuarios también dicen que sienten ansiedad cuando llegan malas noticias, como la pérdida de un trabajo. Ahí se puede optar por dar cuenta de las dificultades ante nuestra red o hacer como si nada hubiera pasado, pero en cualquier caso la decisión crea estrés. Algunos también se quejan de que les crea estrés el ver todas las actividades y reuniones de su red de contactos y que no tienen más remedio que perderse.

Un último apunte. Entre los más de 1.100 millones de usuarios de la red de Zuckerberg hay muchos veinteañeros, pero también en ese saco han caído sus padres. La cuestión es: ¿a qué joven que quiere reivindicarse y empezar a marcar estilo propio le va a interesar acudir un sitio donde sabe que puede darse de bruces con su progenitor?