Activan alerta por la trampa que se oculta tras este hábito muy común: "Daños irreversibles en tu jardín"
Y plantean una serie de alternativas al mismo.

Son muy difíciles de controlar y, por mucho que se intente, acaban apareciendo y convirtiéndose en un dolor de cabeza para los aficionados –y los más expertos– a la jardinería. Se trata de las malas hierbas.
Erradicarlas no es misión fácil. Hay distintos remedios, muchos de ellos a partir de remedios químicos, pero también caseros. Uno que se ha tornado bastante popular es el de echarle algo de sal a estas plantas en concreto, pero tampoco es tan recomendable.
Así lo recoge el portal web francés especializado en jardinería Le Parisien Jardin. Según este, puede tener algún que otro tipo de inconvenientes. Concretamente, el de matar microorganismos que pueden ser beneficiosos para la tierra y el resto de plantas, como los hongos simbióticos o las lombrices.
Otros contras que señalan tienen que ver con los cambios en la estructura del suelo que puede motivar la sal. Mencionan que podría contaminar las aguas subterráneas y que podría perjudicar la salud del resto de plantas.
En definitiva, apuntan en el sitio web, puede tener un "impacto invisible, daños irreversibles y errores que, a veces, pueden ser fatales para el jardín".
Por eso, cuando se presentan como soluciones naturales mezclas a base de sal y vinagre, desde Le Parisien Jardin recomiendan reconsiderar otras alternativas. Por ejemplo, usar un acolchado, usar agua hirviendo e, incluso, "aceptar" según qué hierbas silvestres, dado que pueden ser útiles para la biodiversidad.
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