Un anciano de 94 años trabaja toda su vida y ahora vive en un banco de alimentos: "Mi pensión se destina íntegramente al alquiler"
Un ciudadano de Múnich acude a las ayudas alimentarias proporcionadas por el estado, ya que su subsidio no le es suficiente para mantenerse por sí mismo.

Trabajar, ahorrar y posteriormente jubilarse es el camino tradicional que a la mayoría de personas le inculcan desde muy temprana edad cuando se habla de la trayectoria profesional. De hecho, en España hay aproximadamente 9.4 millones de jubilados, según el más reciente reporte del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
No obstante, para nadie es un secreto que el coste ha incrementado en los últimos años por diversos factores tales como la inflación, la crisis energética y alimentaria pospandemia, el aumento de impuestos, la alta demanda de vivienda, entre otras variables.
El caso de Henning Walther
Henning Walther es un ciudadano alemán de 94 años, quien tenía una empresa de equipos de oficina, el negocio tuvo que cerrar como consecuencia de la pandemia ocasionada por el covid, así lo informa el medio local TAZ.
El alemán se dedicó a trabajar y ahorrar a lo largo de su vida, sin embargo, la pensión que recibe actualmente no le es suficiente para solventar todo sus gastos, por ello Henning es uno de los 22.000 ciudadanos que reciben apoyo del banco de alimentos.
"Mi pensión pública se destina enteramente al alquiler", dice Walther. "Solo me quedan 700 euros para todo lo demás", complementa el hombre. Cabe mencionar que Henning destina mitad de su pensión a su exesposa. "Ella crio a nuestros tres hijos, y eso está perfectamente bien", manifiesta al respecto el anciano.
Peter Zilles, director de los Bancos de Alimentos de Baviera, es consciente del complejo panorama que atraviesa la sociedad alemana. "Por supuesto, también vemos el papel que juegan los alquileres exorbitantes, incluso fuera de Múnich, pero también vemos cómo está cambiando el mercado laboral y cómo aumenta el número de desempleados", sostiene el mismo.
Además, Walther ha cultivado una buena relación con los voluntarios de banco de alimentos, así lo describe Evi Schaflitzl, responsable del centro de distribución, ""Siempre tiene una palabra amable, se viste elegantemente, como si fuera a salir, y a menudo se lleva la compra a casa y luego vuelve expresamente para darnos las gracias".
