Un experto desmiente las prácticas sobre pasear a los perros que los hacen caóticos: "Van en contra de su compartimiento natural"
Tener una correa demasiado corta o tirar de ella cuando se cruza con otro perro son algunos ejemplos a evitar.
La forma en que sacamos a pasear a los perros puede influir bastante en su comportamiento, pues aunque se olvide, las reglas que muchas veces imponen los seres humanos no se corresponden con el comportamiento natural del perro, tal y como subraya la especialista en comportamiento animal, Pauliina Laurila.
"Normalmente, un perro sólo necesita un poco de espacio. Todo el mundo debería tener derecho a sentirse inseguro. La gente generalmente intenta ocultarlo, pero los perros muestran sus emociones abiertamente", subraya la experta. Por ello, resulta fundamental conocer a nuestro perro, pues no es lo mismo si es territorial a si es un animal sociable. También es importante tener en cuenta que aunque nuestro perro sea amigable, el resto de perros no tienen por qué ser igual, por lo que hay que tener cuidado para así no estresarles.
Según explica Laurila, los estudios que analizan el comportamiento de los perros callejeros muestran con buen detalle como se mueven los perros cuando no se encuentran sujetos a ninguna normativa externa, evitando encontrarse con otros perros que podrían ser agresivos. En este sentido, cuando un perro pasea con correa, se ve obligado a coger rutas que quizás no querrían tomar.
Aunque es cierto que llevar al perro con correa evita que se pelee con otros perros y que accedan a lugares que no deben o ataquen a niños o personas, también lo es que impide que el perro se mueva de forma natural. "La gente ha decidido que cuanto más rápido lo superemos, mejor. Una forma más natural para un perro sería reducir la velocidad, girar más y olfatear el suelo. Así es como el perro demuestra a la otra persona que no quiere conflictos", subraya.
De este modo, la experta sugiere utilizar una correa que tenga el largo suficiente para que el perro tenga espacio a actuar con cierta libertad. "Si un perro no es capaz de encontrarse con otros perros con correa, pero puede hacer lo mismo cuando está libre, sostengo que la causa fundamental es el comportamiento humano", subraya la experta, que recuerda que si siempre se tira de la correa cuando el perro se cruza con otro animal, cabe el riesgo de que asocie el dolor con los perros que se aproximan.
Por último, Lauriia señala la importancia de dejar que los perros olfateen y corran a su antojo, sin que tenga que estar detrás de su dueño. "Realmente no quiero que un perro siga a una persona todo el tiempo. Un perro debería poder ser un perro libremente, incluso cuando está atado con correa", subraya.
"Durante mucho tiempo he dejado que el perro elija la dirección del paseo. Es especialmente bueno para perros mayores o con capacidades físicas. Entonces es más fácil tener en cuenta que a veces el perro quiere hacer un paseo más corto, a veces uno más largo", añade. "Un perro se estresa si solo se le prohíbe, pero no se le permite hacer lo que está permitido, si se le castiga por un comportamiento natural o si se le exige que haga cosas que no debe hacer", sentencia en su alegato finalmente.