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El perro cazador del que se dice que fue el responsable de uno de los hallazgos prehistóricos más importantes de España

El perro cazador del que se dice que fue el responsable de uno de los hallazgos prehistóricos más importantes de España 

Lo que supuestamente encontró ahora es Patrimonio de la Humanidad.

El perro cazador del que se dice que fue el responsable de uno de los hallazgos prehistóricos más importantes de España 

Lo que supuestamente encontró ahora es Patrimonio de la Humanidad.

El perro cazador del que se dice que fue el responsable de uno de los hallazgos prehistóricos más importantes de España 

Lo que supuestamente encontró ahora es Patrimonio de la Humanidad.

El perro cazador del que se dice que fue el responsable de uno de los hallazgos prehistóricos más importantes de España 

Lo que supuestamente encontró ahora es Patrimonio de la Humanidad.

El perro cazador del que se dice que fue el responsable de uno de los hallazgos prehistóricos más importantes de España 

Lo que supuestamente encontró ahora es Patrimonio de la Humanidad.

Imagen de archivo de un perro de servicio al aire libre con entrenador de perros.Martine Doucet

Entre los grandes descubrimientos arqueológicos de España, pocos tienen una historia tan peculiar como la de las Cuevas de Altamira, reconocidas mundialmente por su extraordinario arte rupestre. No está claro, pero detrás de este hallazgo prehistórico, se cuenta que pudo tener que ver un perro. Su instinto y curiosidad le habría llevado a descubrir uno de los tesoros más valiosos de la humanidad.

Fue en 1868 cuando supuestamente desapareció mientras corría por los alrededores del pueblo de Santillana del Mar, en Cantabria. Su dueño Modesto Cubillas, un cazador local, siguió preocupado los ladridos del animal hasta que lo encontró en un sitio inesperado, la entrada de una cueva. Tanto el comportamiento del perro, que había estado husmeando, como el lugar inexplorado despertaron la curiosidad de Modesto. 

El dueño informó del hallazgo a su amigo Marcelino Sanz de Sautuola, un arqueólogo aficionado que exploraba la región en busca de rastros prehistóricos. Intrigado, Sautuola se adentró en la cueva en busca de materiales paleolíticos. Aunque el hallazgo inicial no reveló las pinturas rupestres, el lugar quedó marcado como una posible zona de interés. Fue años después, en 1879, cuando Sanz de Sautuola regresó con su hija María de ocho años y juntos descubrieron las impresionantes pinturas de bisontes y otros animales que decoraban las paredes de la cueva.

El arte rupestre que asombró al mundo

Las Cuevas de Altamira albergan pinturas y grabados que datan de hace más de 15.000 años, durante el Paleolítico Superior. Las representaciones de bisontes, caballos, ciervos y otras figuras destacan por su realismo y técnica, lo que las convierte en uno de los máximos exponentes del arte prehistórico mundial. De hecho, En 1985, las cuevas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, consolidándose como un hito en la historia de la arqueología y el arte.

Mural de pintura en el norte de España la cuevaGetty Images/iStockphoto

Entre los grandes descubrimientos arqueológicos de España, pocos tienen una historia tan peculiar como la de las Cuevas de Altamira, reconocidas mundialmente por su extraordinario arte rupestre. No está claro, pero detrás de este hallazgo prehistórico, se cuenta que pudo tener que ver un perro. Su instinto y curiosidad le habría llevado a descubrir uno de los tesoros más valiosos de la humanidad.

Fue en 1868 cuando supuestamente desapareció mientras corría por los alrededores del pueblo de Santillana del Mar, en Cantabria. Su dueño Modesto Cubillas, un cazador local, siguió preocupado los ladridos del animal hasta que lo encontró en un sitio inesperado, la entrada de una cueva. Tanto el comportamiento del perro, que había estado husmeando, como el lugar inexplorado despertaron la curiosidad de Modesto. 

El dueño informó del hallazgo a su amigo Marcelino Sanz de Sautuola, un arqueólogo aficionado que exploraba la región en busca de rastros prehistóricos. Intrigado, Sautuola se adentró en la cueva en busca de materiales paleolíticos. Aunque el hallazgo inicial no reveló las pinturas rupestres, el lugar quedó marcado como una posible zona de interés. Fue años después, en 1879, cuando Sanz de Sautuola regresó con su hija María de ocho años y juntos descubrieron las impresionantes pinturas de bisontes y otros animales que decoraban las paredes de la cueva.

El arte rupestre que asombró al mundo

Las Cuevas de Altamira albergan pinturas y grabados que datan de hace más de 15.000 años, durante el Paleolítico Superior. Las representaciones de bisontes, caballos, ciervos y otras figuras destacan por su realismo y técnica, lo que las convierte en uno de los máximos exponentes del arte prehistórico mundial. De hecho, En 1985, las cuevas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, consolidándose como un hito en la historia de la arqueología y el arte.

Entre los grandes descubrimientos arqueológicos de España, pocos tienen una historia tan peculiar como la de las Cuevas de Altamira, reconocidas mundialmente por su extraordinario arte rupestre. No está claro, pero detrás de este hallazgo prehistórico, se cuenta que pudo tener que ver un perro. Su instinto y curiosidad le habría llevado a descubrir uno de los tesoros más valiosos de la humanidad.

Fue en 1868 cuando supuestamente desapareció mientras corría por los alrededores del pueblo de Santillana del Mar, en Cantabria. Su dueño Modesto Cubillas, un cazador local, siguió preocupado los ladridos del animal hasta que lo encontró en un sitio inesperado, la entrada de una cueva. Tanto el comportamiento del perro, que había estado husmeando, como el lugar inexplorado despertaron la curiosidad de Modesto. 

El dueño informó del hallazgo a su amigo Marcelino Sanz de Sautuola, un arqueólogo aficionado que exploraba la región en busca de rastros prehistóricos. Intrigado, Sautuola se adentró en la cueva en busca de materiales paleolíticos. Aunque el hallazgo inicial no reveló las pinturas rupestres, el lugar quedó marcado como una posible zona de interés. Fue años después, en 1879, cuando Sanz de Sautuola regresó con su hija María de ocho años y juntos descubrieron las impresionantes pinturas de bisontes y otros animales que decoraban las paredes de la cueva.

El arte rupestre que asombró al mundo

Las Cuevas de Altamira albergan pinturas y grabados que datan de hace más de 15.000 años, durante el Paleolítico Superior. Las representaciones de bisontes, caballos, ciervos y otras figuras destacan por su realismo y técnica, lo que las convierte en uno de los máximos exponentes del arte prehistórico mundial. De hecho, En 1985, las cuevas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, consolidándose como un hito en la historia de la arqueología y el arte.

Entre los grandes descubrimientos arqueológicos de España, pocos tienen una historia tan peculiar como la de las Cuevas de Altamira, reconocidas mundialmente por su extraordinario arte rupestre. No está claro, pero detrás de este hallazgo prehistórico, se cuenta que pudo tener que ver un perro. Su instinto y curiosidad le habría llevado a descubrir uno de los tesoros más valiosos de la humanidad.

Fue en 1868 cuando supuestamente desapareció mientras corría por los alrededores del pueblo de Santillana del Mar, en Cantabria. Su dueño Modesto Cubillas, un cazador local, siguió preocupado los ladridos del animal hasta que lo encontró en un sitio inesperado, la entrada de una cueva. Tanto el comportamiento del perro, que había estado husmeando, como el lugar inexplorado despertaron la curiosidad de Modesto. 

El dueño informó del hallazgo a su amigo Marcelino Sanz de Sautuola, un arqueólogo aficionado que exploraba la región en busca de rastros prehistóricos. Intrigado, Sautuola se adentró en la cueva en busca de materiales paleolíticos. Aunque el hallazgo inicial no reveló las pinturas rupestres, el lugar quedó marcado como una posible zona de interés. Fue años después, en 1879, cuando Sanz de Sautuola regresó con su hija María de ocho años y juntos descubrieron las impresionantes pinturas de bisontes y otros animales que decoraban las paredes de la cueva.

El arte rupestre que asombró al mundo

Las Cuevas de Altamira albergan pinturas y grabados que datan de hace más de 15.000 años, durante el Paleolítico Superior. Las representaciones de bisontes, caballos, ciervos y otras figuras destacan por su realismo y técnica, lo que las convierte en uno de los máximos exponentes del arte prehistórico mundial. De hecho, En 1985, las cuevas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, consolidándose como un hito en la historia de la arqueología y el arte.

Entre los grandes descubrimientos arqueológicos de España, pocos tienen una historia tan peculiar como la de las Cuevas de Altamira, reconocidas mundialmente por su extraordinario arte rupestre. No está claro, pero detrás de este hallazgo prehistórico, se cuenta que pudo tener que ver un perro. Su instinto y curiosidad le habría llevado a descubrir uno de los tesoros más valiosos de la humanidad.

Fue en 1868 cuando supuestamente desapareció mientras corría por los alrededores del pueblo de Santillana del Mar, en Cantabria. Su dueño Modesto Cubillas, un cazador local, siguió preocupado los ladridos del animal hasta que lo encontró en un sitio inesperado, la entrada de una cueva. Tanto el comportamiento del perro, que había estado husmeando, como el lugar inexplorado despertaron la curiosidad de Modesto. 

El dueño informó del hallazgo a su amigo Marcelino Sanz de Sautuola, un arqueólogo aficionado que exploraba la región en busca de rastros prehistóricos. Intrigado, Sautuola se adentró en la cueva en busca de materiales paleolíticos. Aunque el hallazgo inicial no reveló las pinturas rupestres, el lugar quedó marcado como una posible zona de interés. Fue años después, en 1879, cuando Sanz de Sautuola regresó con su hija María de ocho años y juntos descubrieron las impresionantes pinturas de bisontes y otros animales que decoraban las paredes de la cueva.

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Las Cuevas de Altamira albergan pinturas y grabados que datan de hace más de 15.000 años, durante el Paleolítico Superior. Las representaciones de bisontes, caballos, ciervos y otras figuras destacan por su realismo y técnica, lo que las convierte en uno de los máximos exponentes del arte prehistórico mundial. De hecho, En 1985, las cuevas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, consolidándose como un hito en la historia de la arqueología y el arte.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

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Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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