Un vecino de Cádiz sale de su casa y se topa con una maravilla natural en un entorno totalmente inesperado
La fauna silvestre sigue encontrando formas de adaptarse a los espacios naturales, cada vez más humanizados, incluso en plena Andalucía rural.
En Cádiz, un simple paseo por la calle puede deparar muchas sorpresas. Si no, que se lo digan a Luis Astorga Gutiérrez, un cazador y divulgador del mundo rural, que se topó con una escena que no se olvida fácilmente: una perdiz roja seguida de una procesión de 26 polluelos desfilando al sol, con toda la calma del mundo, por una acera del casco urbano de Medina Sidonia. "Estaba tan tranquila, como si fuera la cosa más normal”, cuenta en el vídeo que él mismo compartió en TikTok y que ya ha conquistado a miles de personas.
En el vídeo, que ya acumula miles de visualizaciones en la red social china, se puede ver a la hembra caminando con paso decidido entre casas encaladas, escoltada por 26 bolitas plumosas que la siguen con total devoción. La escena viral, que ha difundido esta semana la revista Jara y Sedal en su página web, ha sorprendido no solo por la imagen sino por lo insólito del entorno: la acera de un pueblo convertida en pasarela improvisada para que se pasee una familia de perdices rojas, todo un emblema del monte mediterráneo y muy apreciada en la caza tradicional, que no suele dejarse ver con tanta facilidad en espacios urbanos, lo que da aún más valor a esta aparición estelar.
Según explica la revista especializada en pesca y caza, lo habitual es que este tipo de ave ponga entre 10 y 20 huevos por puesta, aunque en condiciones idóneas pueden superar esa cifra. Los polluelos, nada más romper el cascarón, después de 23 días de incubación, siguen a la madre al instante. Que en esta ocasión se hayan contado 26 crías ha llevado a especular con la posibilidad de que se trate de una “guardería compartida”, una conducta poco común, pero no imposible entre hembras que crían en áreas cercanas.
Una escena insólita… pero no imposible
Más allá del número de polluelos de perdiz, lo que ha sorprendido a muchos es el lugar en el que ha ocurrido todo. Nada de caminos rurales, cortijos perdidos o algún camino por el monte. En su lugar, esta ave ha optado por la acera de un pueblo para pasear junto a sus crías, lo que sugiere que ha encontrado en las proximidades un lugar propicio para anidar: alguna parcela en barbecho, un solar con vegetación o un rincón poco transitado. No es la primera vez, por otro lado, que una especie silvestre se adentra en territorio humano, donde busca tranquilidad y alimento. "Yo, por suerte, lo he visto muchas veces, pero en caminos rurales", ha escrito un usuario en TikTok, celebrando la escena como un regalo.
La grabación ha generado una ola de comentarios cargados de ternura y respeto. Gente que recuerda haber visto algo parecido, otros que lo ven por primera vez y no se lo creen, y muchos que valoran la capacidad de adaptación de estos animales y la necesidad de cuidar su entorno. Porque aunque parezca mentira, en plena era de la inteligencia artificial y los vídeos virales sin alma, una madre perdiz con sus polluelos aún puede detener el scroll y arrancar una sonrisa sincera.
En los pueblos cercanos a zonas agrícolas o montes bajos, no es del todo raro que estas incursiones se produzcan, sobre todo en primavera y verano, cuando la fauna silvestre busca alimento, agua o refugio. La clave está en que el entorno se mantenga habitable: vegetación, calma y respeto. Porque si la naturaleza decide bajar al pueblo, más nos vale estar a la altura.