"Vox es nuestro socio natural"
El debate sobre qué hacer con Vox retorna al PP. Génova asume que tiene que entenderse con Abascal, con quien trata de recomponer relaciones en Extremadura.

El pasado lunes, el Partido Popular preparó una escenografía propia de una gran victoria electoral. Alberto Núñez Feijóo bajó al hall de la sede nacional, en la madrileña calle Génova, para recibir a María Guardiola, que en la víspera se proclamó ganadora de las elecciones en Extremadura. Le sujetó el brazo como signo de victoria mientras la plana mayor del partido, incluidos importantes barones territoriales, aplaudía sin cesar. Era “lo que había que hacer”, en palabras de uno de los asistentes, que a renglón seguido añadía: “Ahora la clave es ver qué hacemos con Vox”.
La relación con Santiago Abascal es el gran dilema que persigue a Feijóo desde que se hizo con las riendas del partido, tras la defenestración de Pablo Casado en 2022. Ha habido momentos de ruptura prácticamente total, con gruesas acusaciones públicas, y momentos de deshielo, con Miguel Tellado y Ester Muñoz como protagonistas. Ni rastro queda ya de esa intención primigenia de que “los descontentos volvieran a casa”, dejando a Vox como un partido residual con el que no habría que pactar.

En Génova están convencidos de que Extremadura marca, ahora sí, “el principio del fin del sanchismo”. “El hundimiento del PSOE en su mayor feudo territorial es histórico y va mucho más allá de que Gallardo fuera un mal candidato. El problema es Sánchez”, arguyen en la sede popular. Y están convencidos de que la tendencia no se romperá en los comicios venideros, con el agravante para el presidente de que, en dos de las citas, las candidatas salen de su gobierno, Pilar Alegría en Aragón y María Jesús Montero en Andalucía.
El calendario electoral previsto es el siguiente: los comicios en Aragón serán el ocho de febrero, en Castilla y León el uno o el quince de marzo y en Andalucía antes de las vacaciones de verano, en mayo o en junio. “Y en todas esas elecciones, el PSOE sufrirá un batacazo enorme. Lo de Pilar Alegría contra Jorge Azcón va a ser una catástrofe”, auguran los populares, sondeos internos en la mano.
Pero Extremadura también ha traído consigo otra lectura indiscutible para los populares: “Nos tenemos que entender con Vox”, en palabras de un miembro de su Ejecutiva. La posibilidad de una mayoría absoluta, verbalizada por el equipo de Guardiola, no pasó de ser un mero deseo. Feijóo nunca lo llegó a ver. “Volvimos a fallar en las expectativas”, en palabras de un barón popular.
“Vox es nuestro aliado natural”, dicen ahora en Génova. “Hay que quitarse los complejos de una vez”, afirman los que siempre han abogado por una relación estable con Abascal, como Esperanza Aguirre. El objetivo de Guardiola, y también del resto de presidentes con elecciones en 2026, es evitar que entren en su gobierno. Pero del tono de campaña, que aún contagió la noche electoral, ya no ha rastro. “Hay que desinflamar, reconducir relaciones”, admiten en Extremadura, y también en Madrid.

La propia Guardiola se ha abierto públicamente a incluir en su Ejecutivo a consejeros de Vox, aunque dicho ofrecimiento hay que encuadrarlo en esa estrategia de destensar las relaciones, que están prácticamente rotas. De momento, la líder del PP extremeña llamó este martes al candidato de Vox, Óscar Fernández, para "seguir hablando" sobre el documento con las medidas exigidas por los de Abascal para apoyar su investidura. Es el paso previo a la ronda de contactos que Guardiola anunció con todos los partidos.
“Aquí tenemos un problema importante porque se han dicho cosas muy duras”, constatan algunas voces del PP en la región. Guardiola fue “demasiado dura” y ahora Vox “puede tomarse la revancha”, corroboran cargos del partido en otras partes del país.
En síntesis, hay que entenderse con Vox y habrá que hacer cesiones, apuntan las distintas fuentes del PP consultadas por El HuffPost. Encima de la mesa ya está la presidencia de los parlamentos autonómicos. Es lo que en primer término ofrecerá Guardiola y, llegado el caso, también Azcón o Mañueco. “Ellos han dicho que no quieren entrar en los gobiernos, que están más cómodos en la oposición. Lo primero es normalizar las cosas e ir viendo qué piden”, exponen.
“Los votantes quieren más políticas de derechas”, concluye el equipo de Feijóo de los resultados en Extremadura, como verbalizó Ester Muñoz. Esto es, Vox ya “no da miedo”. La opción de pactar con el PSOE su abstención en Extremadura ni se contempla, tampoco en otros territorios. “Primero tiene que irse Sánchez”. Incluso los más moderados parecen asumir este nuevo tiempo, no sin mostrar su preocupación. “Con un Vox tan fuerte es muy difícil lograr una mayoría absoluta”, confiesan en el entorno de Juanma Moreno.
Y con estos mimbres, Feijóo hará balance del curso político este lunes. Si bien, para el jefe de lo oposición lo importante es que la derecha arrasa y la salida de Sánchez -interpretan- está más cerca. En su equipo no descartan incluso que las urnas en España se abran el próximo año. “No se puede gobernar así. Sin Presupuestos y asediado por la corrupción. Si no logra reconducir la relación con Junts antes de que se abra el periodo de sesiones, puede darnos una sorpresa”, apuntan en el cuartel general de los populares.
