Ni melón ni sandía: la fruta más esperada del verano empieza temporada y pocos saben sacarle el máximo provecho
Además, España es uno de los principales productores de esta demandada fruta.
Es verano, hace calor y una de las maneras más saludables de refrescarnos es comiendo frutas como el melón y la sandía. Y no es para menos. La sandía tiene un 92% de agua, por lo que es muy hidratante y ayuda a prevenir la deshidratación. Además, es rica en licopeno, un antioxidante que protege la piel de los daños solares. El melón, por su parte, tiene un 90% de agua y un sabor dulce y aromático. Además, es una buena fuente de vitamina C, potasio y betacaroteno, que favorece el bronceado y la salud ocular.
En este apartado, también podríamos hablar del melocotón, con un 87% de agua y un alto contenido en fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal. O la piña, con un 86% de agua y una enzima llamada bromelina, que facilita la descomposición de las proteínas.
En este combinado de frutas de verano a veces se nos olvida el higo. Tal vez porque su temporada arranca cuando el verano empieza a agotarse, entre agosto y septiembre. Pero es ideal también para soportar cualquier ola de calor.
Además, España es uno de los principales productores de higos. Ocupa el noveno puesto con un total de 25.224 toneladas al año. El mayor productor de higos del mundo es Turquía que alcanza las 305.450 toneladas. Extremadura es la región donde más higo se cultiva en España, llegando a copar el 43% de la producción nacional, seguida por Andalucía y Baleares con un 19% cada una.
Quizá no lo sabías, pero el higo es definido por muchos como la fruta más antigua de la historia. Se cree que este fruto ha acompañado a los seres humanos desde los inicios. Al ser tan dulce, se ha considerado siempre como una fruta muy calórica. Pero no. Si se consume fresco, su valor energético es de unas 65 calorías por 100 gramos. Calorías que provienen de sus azúcares naturales, puesto que su aporte en grasas y proteínas es muy escaso. Eso sí, no podemos confundirlo con el higo seco, que sí aporta más calorías.
Además de ser ricos en hidratos de carbono, los higos son ricos en fibra y en minerales como el calcio, magnesio, fósforo, hierro, potasio y manganeso. En vitaminas, destacan la vitamina K y la vitamina B en los higos frescos. Por todo ello, esta fruta es una gran aliada a la hora de regular el tránsito intestinal, ayudándonos a control los niveles de colesterol y glucosa en sangre. Su efecto saciante también ayuda a controlar el peso, por lo que se recomienda su consumo como aperitivo para reducir el apetito.
Por tanto, el higo es una fruta saludable y que nos ayuda a combatir el calor. Probablemente tú consideras que hay que pelarla antes de comérsela. Pues no lo hagas: la piel de la mayoría de los higos es comestible. Sólo debes lavarla antes y, si quieres, cortar el pedúnculo antes de consumir.