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El submarino fantasma de la Primera Guerra Mundial que reaparece cuando hay mareas fuertes

El submarino fantasma de la Primera Guerra Mundial que reaparece cuando hay mareas fuertes

Fue hundido intencionadamente para evitar que cayera en manos enemigas.

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Fue hundido intencionadamente para evitar que cayera en manos enemigas.

El submarino fantasma de la Primera Guerra Mundial que reaparece cuando hay mareas fuertes

Fue hundido intencionadamente para evitar que cayera en manos enemigas.

El submarino fantasma de la Primera Guerra Mundial que reaparece cuando hay mareas fuertes

Fue hundido intencionadamente para evitar que cayera en manos enemigas.

El submarino fantasma de la Primera Guerra Mundial que reaparece cuando hay mareas fuertes

Fue hundido intencionadamente para evitar que cayera en manos enemigas.

Submarino alemán U-61 ("U-boot") en su amarre.Photo12/Universal Images Group v

Un siglo después de la Primera Guerra Mundial, las cicatrices de aquel conflicto siguen siendo visibles en el paisaje europeo. Desde las trincheras del Frente Occidental hasta los fondos marinos donde se encuentran barcos y submarinos abandonados, los restos de la guerra son un constante recordatorio de la magnitud de la destrucción que provocó

Un lugar donde las huellas de la guerra siguen presentes es la costa de Wissant, una pequeña población en el norte de Francia, donde la historia sigue viva bajo la arena. Cada dos o tres años, los restos del submarino alemán U-Boot UC-61 emergen del fondo marino durante tormentas o mareas excepcionalmente fuertes, ofreciendo a los locales y visitantes una muestra visual del conflicto que marcó al mundo entero.

El UC-61, perteneciente a la Marina Imperial Alemana, fue construido en 1916 y diseñado específicamente para colocar minas y lanzar proyectiles, convirtiéndose en un arma letal durante la Gran Guerra. En su corta vida operativa, de apenas siete meses, logró hundir 11 barcos mercantes antes de quedar encallados en la costa francesa en julio de 1917 debido a un error de navegación. Para evitar que la nave cayera en manos enemigas, su tripulación de 26 hombres la hundió utilizando explosivos antes de rendirse a las autoridades francesas.

Aparece y desaparece

Desde su naufragio, el submarino permanece enterrado bajo aproximadamente cuatro o cinco metros de arena. Sin embargo, en momentos de mareas altas o tormentas intensas, partes de la nave emergen, capturando la atención de curiosos y aficionados a la historia. En ocasiones, como ocurrió en diciembre de 2019, grandes secciones del casco quedan expuestas durante semanas, ofreciendo una visión más clara de esta reliquia bélica.

El submarino no solo es un resto del pasado militar, sino también una curiosidad histórica que forma parte del paisaje de Wissant. Con cada aparición, su historia y su imponente estructura reviven el recuerdo de las millones de vidas afectadas durante la Primera Guerra Mundial.

Un siglo después de la Primera Guerra Mundial, las cicatrices de aquel conflicto siguen siendo visibles en el paisaje europeo. Desde las trincheras del Frente Occidental hasta los fondos marinos donde se encuentran barcos y submarinos abandonados, los restos de la guerra son un constante recordatorio de la magnitud de la destrucción que provocó

Un lugar donde las huellas de la guerra siguen presentes es la costa de Wissant, una pequeña población en el norte de Francia, donde la historia sigue viva bajo la arena. Cada dos o tres años, los restos del submarino alemán U-Boot UC-61 emergen del fondo marino durante tormentas o mareas excepcionalmente fuertes, ofreciendo a los locales y visitantes una muestra visual del conflicto que marcó al mundo entero.

El UC-61, perteneciente a la Marina Imperial Alemana, fue construido en 1916 y diseñado específicamente para colocar minas y lanzar proyectiles, convirtiéndose en un arma letal durante la Gran Guerra. En su corta vida operativa, de apenas siete meses, logró hundir 11 barcos mercantes antes de quedar encallados en la costa francesa en julio de 1917 debido a un error de navegación. Para evitar que la nave cayera en manos enemigas, su tripulación de 26 hombres la hundió utilizando explosivos antes de rendirse a las autoridades francesas.

Aparece y desaparece

Desde su naufragio, el submarino permanece enterrado bajo aproximadamente cuatro o cinco metros de arena. Sin embargo, en momentos de mareas altas o tormentas intensas, partes de la nave emergen, capturando la atención de curiosos y aficionados a la historia. En ocasiones, como ocurrió en diciembre de 2019, grandes secciones del casco quedan expuestas durante semanas, ofreciendo una visión más clara de esta reliquia bélica.

El submarino no solo es un resto del pasado militar, sino también una curiosidad histórica que forma parte del paisaje de Wissant. Con cada aparición, su historia y su imponente estructura reviven el recuerdo de las millones de vidas afectadas durante la Primera Guerra Mundial.

Un siglo después de la Primera Guerra Mundial, las cicatrices de aquel conflicto siguen siendo visibles en el paisaje europeo. Desde las trincheras del Frente Occidental hasta los fondos marinos donde se encuentran barcos y submarinos abandonados, los restos de la guerra son un constante recordatorio de la magnitud de la destrucción que provocó

Un lugar donde las huellas de la guerra siguen presentes es la costa de Wissant, una pequeña población en el norte de Francia, donde la historia sigue viva bajo la arena. Cada dos o tres años, los restos del submarino alemán U-Boot UC-61 emergen del fondo marino durante tormentas o mareas excepcionalmente fuertes, ofreciendo a los locales y visitantes una muestra visual del conflicto que marcó al mundo entero.

El UC-61, perteneciente a la Marina Imperial Alemana, fue construido en 1916 y diseñado específicamente para colocar minas y lanzar proyectiles, convirtiéndose en un arma letal durante la Gran Guerra. En su corta vida operativa, de apenas siete meses, logró hundir 11 barcos mercantes antes de quedar encallados en la costa francesa en julio de 1917 debido a un error de navegación. Para evitar que la nave cayera en manos enemigas, su tripulación de 26 hombres la hundió utilizando explosivos antes de rendirse a las autoridades francesas.

Aparece y desaparece

Desde su naufragio, el submarino permanece enterrado bajo aproximadamente cuatro o cinco metros de arena. Sin embargo, en momentos de mareas altas o tormentas intensas, partes de la nave emergen, capturando la atención de curiosos y aficionados a la historia. En ocasiones, como ocurrió en diciembre de 2019, grandes secciones del casco quedan expuestas durante semanas, ofreciendo una visión más clara de esta reliquia bélica.

El submarino no solo es un resto del pasado militar, sino también una curiosidad histórica que forma parte del paisaje de Wissant. Con cada aparición, su historia y su imponente estructura reviven el recuerdo de las millones de vidas afectadas durante la Primera Guerra Mundial.

Un siglo después de la Primera Guerra Mundial, las cicatrices de aquel conflicto siguen siendo visibles en el paisaje europeo. Desde las trincheras del Frente Occidental hasta los fondos marinos donde se encuentran barcos y submarinos abandonados, los restos de la guerra son un constante recordatorio de la magnitud de la destrucción que provocó

Un lugar donde las huellas de la guerra siguen presentes es la costa de Wissant, una pequeña población en el norte de Francia, donde la historia sigue viva bajo la arena. Cada dos o tres años, los restos del submarino alemán U-Boot UC-61 emergen del fondo marino durante tormentas o mareas excepcionalmente fuertes, ofreciendo a los locales y visitantes una muestra visual del conflicto que marcó al mundo entero.

El UC-61, perteneciente a la Marina Imperial Alemana, fue construido en 1916 y diseñado específicamente para colocar minas y lanzar proyectiles, convirtiéndose en un arma letal durante la Gran Guerra. En su corta vida operativa, de apenas siete meses, logró hundir 11 barcos mercantes antes de quedar encallados en la costa francesa en julio de 1917 debido a un error de navegación. Para evitar que la nave cayera en manos enemigas, su tripulación de 26 hombres la hundió utilizando explosivos antes de rendirse a las autoridades francesas.

Aparece y desaparece

Desde su naufragio, el submarino permanece enterrado bajo aproximadamente cuatro o cinco metros de arena. Sin embargo, en momentos de mareas altas o tormentas intensas, partes de la nave emergen, capturando la atención de curiosos y aficionados a la historia. En ocasiones, como ocurrió en diciembre de 2019, grandes secciones del casco quedan expuestas durante semanas, ofreciendo una visión más clara de esta reliquia bélica.

El submarino no solo es un resto del pasado militar, sino también una curiosidad histórica que forma parte del paisaje de Wissant. Con cada aparición, su historia y su imponente estructura reviven el recuerdo de las millones de vidas afectadas durante la Primera Guerra Mundial.

Un siglo después de la Primera Guerra Mundial, las cicatrices de aquel conflicto siguen siendo visibles en el paisaje europeo. Desde las trincheras del Frente Occidental hasta los fondos marinos donde se encuentran barcos y submarinos abandonados, los restos de la guerra son un constante recordatorio de la magnitud de la destrucción que provocó

Un lugar donde las huellas de la guerra siguen presentes es la costa de Wissant, una pequeña población en el norte de Francia, donde la historia sigue viva bajo la arena. Cada dos o tres años, los restos del submarino alemán U-Boot UC-61 emergen del fondo marino durante tormentas o mareas excepcionalmente fuertes, ofreciendo a los locales y visitantes una muestra visual del conflicto que marcó al mundo entero.

El UC-61, perteneciente a la Marina Imperial Alemana, fue construido en 1916 y diseñado específicamente para colocar minas y lanzar proyectiles, convirtiéndose en un arma letal durante la Gran Guerra. En su corta vida operativa, de apenas siete meses, logró hundir 11 barcos mercantes antes de quedar encallados en la costa francesa en julio de 1917 debido a un error de navegación. Para evitar que la nave cayera en manos enemigas, su tripulación de 26 hombres la hundió utilizando explosivos antes de rendirse a las autoridades francesas.

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Desde su naufragio, el submarino permanece enterrado bajo aproximadamente cuatro o cinco metros de arena. Sin embargo, en momentos de mareas altas o tormentas intensas, partes de la nave emergen, capturando la atención de curiosos y aficionados a la historia. En ocasiones, como ocurrió en diciembre de 2019, grandes secciones del casco quedan expuestas durante semanas, ofreciendo una visión más clara de esta reliquia bélica.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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