La leyenda negra que convirtió a España en el país más odiado por Estados Unidos
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La leyenda negra que convirtió a España en el país más odiado por Estados Unidos

Se llegó a incluir en los libros escolares estadounidenses de la época.

La leyenda negra que convirtió a España en el país más odiado por Estados Unidos

Se llegó a incluir en los libros escolares estadounidenses de la época.

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Se llegó a incluir en los libros escolares estadounidenses de la época.

La leyenda negra que convirtió a España en el país más odiado por Estados Unidos

Se llegó a incluir en los libros escolares estadounidenses de la época.

La leyenda negra que convirtió a España en el país más odiado por Estados Unidos

Se llegó a incluir en los libros escolares estadounidenses de la época.

Banderas de Estados Unidos y España juntas.Getty Images

A finales del siglo XIX, la relación entre España y Estados Unidos alcanzó su punto más bajo debido a una intensa campaña de desprestigio alimentada por la llamada leyenda negra. Este fenómeno, que se remonta a los tiempos del Imperio español, alcanzó su máximo esplendor en 1898, en el contexto de la guerra entre ambos países, un conflicto que marcaría el declive definitivo de España como potencia mundial.

La leyenda negra, inicialmente impulsada por los rivales europeos de España durante su hegemonía imperial, como Inglaterra, Francia y Holanda, ya dio mala fama a los españoles. Esta narrativa se renovó en el siglo XIX cuando Estados Unidos, aprovechando la situación en Cuba, lanzó una agresiva campaña propagandística contra España. 

Medios como los dirigidos por William Randolph Hearst, fundador del actual grupo mediático Hearst, desempeñaron un papel clave en la construcción de una opinión pública favorable a la guerra contra España, utilizando el hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana como pretexto para el conflicto.

La mala fama española

Al grito de "¡Recuerden el Maine, al diablo con España!", los estadounidenses arrasaron con las fuerzas españolas, lo que culminó en la pérdida de los últimos territorios de ultramar de España, como Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. Este desastre militar no solo significó la caída del imperio español, sino también la consolidación de una imagen profundamente negativa sobre lo hispano en Estados Unidos.

Las representaciones cinematográficas y literarias de la época, como la película The Sea Hawk (1940), retrataban a figuras españolas como el rey Felipe II de forma despectiva, comparándolo con dictadores contemporáneos como Adolf Hitler.

La leyenda negra sobre España había penetrado tanto en la sociedad estadounidense que incluso se reflejaba en los libros escolares, donde se promovía una imagen negativa de la historia española. El odio anglosajón, que había nacido en la rivalidad imperial europea, fue adoptada y amplificada por Estados Unidos, convirtiendo a España en su enemigo.

Las influencias de la propaganda

Según el historiador norteamericano Philip Powell, autor de La Leyenda Negra. Un invento contra España, la manipulación propagandística de la historia española estuvo profundamente influenciada por el anticatolicismo y el complejo de superioridad anglosajón. En su obra, Powell destaca cómo la leyenda negra se fusionó con prejuicios religiosos y raciales, presentando a los protestantes como superiores a los católicos y asociando el declive español con la supuesta decadencia del catolicismo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y con la creciente influencia de la comunidad hispana en Estados Unidos, la visión histórica sobre España comenzó a suavizarse. El hispanista William S. Maltby llegó a anunciar en su libro The Black Legend in England (1969) que Estados Unidos podría enfrentarse a una "deformación" similar a la de España, como le ocurrió en su tiempo. 

A día de hoy, el pasado español en territorios como California, Texas y Florida está siendo redescubierto, marcando un cambio en la percepción de lo hispano en el país que una vez lo consideró su enemigo.

A finales del siglo XIX, la relación entre España y Estados Unidos alcanzó su punto más bajo debido a una intensa campaña de desprestigio alimentada por la llamada leyenda negra. Este fenómeno, que se remonta a los tiempos del Imperio español, alcanzó su máximo esplendor en 1898, en el contexto de la guerra entre ambos países, un conflicto que marcaría el declive definitivo de España como potencia mundial.

La leyenda negra, inicialmente impulsada por los rivales europeos de España durante su hegemonía imperial, como Inglaterra, Francia y Holanda, ya dio mala fama a los españoles. Esta narrativa se renovó en el siglo XIX cuando Estados Unidos, aprovechando la situación en Cuba, lanzó una agresiva campaña propagandística contra España. 

Medios como los dirigidos por William Randolph Hearst, fundador del actual grupo mediático Hearst, desempeñaron un papel clave en la construcción de una opinión pública favorable a la guerra contra España, utilizando el hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana como pretexto para el conflicto.

La mala fama española

Al grito de "¡Recuerden el Maine, al diablo con España!", los estadounidenses arrasaron con las fuerzas españolas, lo que culminó en la pérdida de los últimos territorios de ultramar de España, como Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. Este desastre militar no solo significó la caída del imperio español, sino también la consolidación de una imagen profundamente negativa sobre lo hispano en Estados Unidos.

Las representaciones cinematográficas y literarias de la época, como la película The Sea Hawk (1940), retrataban a figuras españolas como el rey Felipe II de forma despectiva, comparándolo con dictadores contemporáneos como Adolf Hitler.

La leyenda negra sobre España había penetrado tanto en la sociedad estadounidense que incluso se reflejaba en los libros escolares, donde se promovía una imagen negativa de la historia española. El odio anglosajón, que había nacido en la rivalidad imperial europea, fue adoptada y amplificada por Estados Unidos, convirtiendo a España en su enemigo.

Las influencias de la propaganda

Según el historiador norteamericano Philip Powell, autor de La Leyenda Negra. Un invento contra España, la manipulación propagandística de la historia española estuvo profundamente influenciada por el anticatolicismo y el complejo de superioridad anglosajón. En su obra, Powell destaca cómo la leyenda negra se fusionó con prejuicios religiosos y raciales, presentando a los protestantes como superiores a los católicos y asociando el declive español con la supuesta decadencia del catolicismo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y con la creciente influencia de la comunidad hispana en Estados Unidos, la visión histórica sobre España comenzó a suavizarse. El hispanista William S. Maltby llegó a anunciar en su libro The Black Legend in England (1969) que Estados Unidos podría enfrentarse a una "deformación" similar a la de España, como le ocurrió en su tiempo. 

A día de hoy, el pasado español en territorios como California, Texas y Florida está siendo redescubierto, marcando un cambio en la percepción de lo hispano en el país que una vez lo consideró su enemigo.

A finales del siglo XIX, la relación entre España y Estados Unidos alcanzó su punto más bajo debido a una intensa campaña de desprestigio alimentada por la llamada leyenda negra. Este fenómeno, que se remonta a los tiempos del Imperio español, alcanzó su máximo esplendor en 1898, en el contexto de la guerra entre ambos países, un conflicto que marcaría el declive definitivo de España como potencia mundial.

La leyenda negra, inicialmente impulsada por los rivales europeos de España durante su hegemonía imperial, como Inglaterra, Francia y Holanda, ya dio mala fama a los españoles. Esta narrativa se renovó en el siglo XIX cuando Estados Unidos, aprovechando la situación en Cuba, lanzó una agresiva campaña propagandística contra España. 

Medios como los dirigidos por William Randolph Hearst, fundador del actual grupo mediático Hearst, desempeñaron un papel clave en la construcción de una opinión pública favorable a la guerra contra España, utilizando el hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana como pretexto para el conflicto.

La mala fama española

Al grito de "¡Recuerden el Maine, al diablo con España!", los estadounidenses arrasaron con las fuerzas españolas, lo que culminó en la pérdida de los últimos territorios de ultramar de España, como Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. Este desastre militar no solo significó la caída del imperio español, sino también la consolidación de una imagen profundamente negativa sobre lo hispano en Estados Unidos.

Las representaciones cinematográficas y literarias de la época, como la película The Sea Hawk (1940), retrataban a figuras españolas como el rey Felipe II de forma despectiva, comparándolo con dictadores contemporáneos como Adolf Hitler.

La leyenda negra sobre España había penetrado tanto en la sociedad estadounidense que incluso se reflejaba en los libros escolares, donde se promovía una imagen negativa de la historia española. El odio anglosajón, que había nacido en la rivalidad imperial europea, fue adoptada y amplificada por Estados Unidos, convirtiendo a España en su enemigo.

Las influencias de la propaganda

Según el historiador norteamericano Philip Powell, autor de La Leyenda Negra. Un invento contra España, la manipulación propagandística de la historia española estuvo profundamente influenciada por el anticatolicismo y el complejo de superioridad anglosajón. En su obra, Powell destaca cómo la leyenda negra se fusionó con prejuicios religiosos y raciales, presentando a los protestantes como superiores a los católicos y asociando el declive español con la supuesta decadencia del catolicismo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y con la creciente influencia de la comunidad hispana en Estados Unidos, la visión histórica sobre España comenzó a suavizarse. El hispanista William S. Maltby llegó a anunciar en su libro The Black Legend in England (1969) que Estados Unidos podría enfrentarse a una "deformación" similar a la de España, como le ocurrió en su tiempo. 

A día de hoy, el pasado español en territorios como California, Texas y Florida está siendo redescubierto, marcando un cambio en la percepción de lo hispano en el país que una vez lo consideró su enemigo.

A finales del siglo XIX, la relación entre España y Estados Unidos alcanzó su punto más bajo debido a una intensa campaña de desprestigio alimentada por la llamada leyenda negra. Este fenómeno, que se remonta a los tiempos del Imperio español, alcanzó su máximo esplendor en 1898, en el contexto de la guerra entre ambos países, un conflicto que marcaría el declive definitivo de España como potencia mundial.

La leyenda negra, inicialmente impulsada por los rivales europeos de España durante su hegemonía imperial, como Inglaterra, Francia y Holanda, ya dio mala fama a los españoles. Esta narrativa se renovó en el siglo XIX cuando Estados Unidos, aprovechando la situación en Cuba, lanzó una agresiva campaña propagandística contra España. 

Medios como los dirigidos por William Randolph Hearst, fundador del actual grupo mediático Hearst, desempeñaron un papel clave en la construcción de una opinión pública favorable a la guerra contra España, utilizando el hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana como pretexto para el conflicto.

La mala fama española

Al grito de "¡Recuerden el Maine, al diablo con España!", los estadounidenses arrasaron con las fuerzas españolas, lo que culminó en la pérdida de los últimos territorios de ultramar de España, como Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. Este desastre militar no solo significó la caída del imperio español, sino también la consolidación de una imagen profundamente negativa sobre lo hispano en Estados Unidos.

Las representaciones cinematográficas y literarias de la época, como la película The Sea Hawk (1940), retrataban a figuras españolas como el rey Felipe II de forma despectiva, comparándolo con dictadores contemporáneos como Adolf Hitler.

La leyenda negra sobre España había penetrado tanto en la sociedad estadounidense que incluso se reflejaba en los libros escolares, donde se promovía una imagen negativa de la historia española. El odio anglosajón, que había nacido en la rivalidad imperial europea, fue adoptada y amplificada por Estados Unidos, convirtiendo a España en su enemigo.

Las influencias de la propaganda

Según el historiador norteamericano Philip Powell, autor de La Leyenda Negra. Un invento contra España, la manipulación propagandística de la historia española estuvo profundamente influenciada por el anticatolicismo y el complejo de superioridad anglosajón. En su obra, Powell destaca cómo la leyenda negra se fusionó con prejuicios religiosos y raciales, presentando a los protestantes como superiores a los católicos y asociando el declive español con la supuesta decadencia del catolicismo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y con la creciente influencia de la comunidad hispana en Estados Unidos, la visión histórica sobre España comenzó a suavizarse. El hispanista William S. Maltby llegó a anunciar en su libro The Black Legend in England (1969) que Estados Unidos podría enfrentarse a una "deformación" similar a la de España, como le ocurrió en su tiempo. 

A día de hoy, el pasado español en territorios como California, Texas y Florida está siendo redescubierto, marcando un cambio en la percepción de lo hispano en el país que una vez lo consideró su enemigo.

A finales del siglo XIX, la relación entre España y Estados Unidos alcanzó su punto más bajo debido a una intensa campaña de desprestigio alimentada por la llamada leyenda negra. Este fenómeno, que se remonta a los tiempos del Imperio español, alcanzó su máximo esplendor en 1898, en el contexto de la guerra entre ambos países, un conflicto que marcaría el declive definitivo de España como potencia mundial.

La leyenda negra, inicialmente impulsada por los rivales europeos de España durante su hegemonía imperial, como Inglaterra, Francia y Holanda, ya dio mala fama a los españoles. Esta narrativa se renovó en el siglo XIX cuando Estados Unidos, aprovechando la situación en Cuba, lanzó una agresiva campaña propagandística contra España. 

Medios como los dirigidos por William Randolph Hearst, fundador del actual grupo mediático Hearst, desempeñaron un papel clave en la construcción de una opinión pública favorable a la guerra contra España, utilizando el hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana como pretexto para el conflicto.

La mala fama española

Al grito de "¡Recuerden el Maine, al diablo con España!", los estadounidenses arrasaron con las fuerzas españolas, lo que culminó en la pérdida de los últimos territorios de ultramar de España, como Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. Este desastre militar no solo significó la caída del imperio español, sino también la consolidación de una imagen profundamente negativa sobre lo hispano en Estados Unidos.

Las representaciones cinematográficas y literarias de la época, como la película The Sea Hawk (1940), retrataban a figuras españolas como el rey Felipe II de forma despectiva, comparándolo con dictadores contemporáneos como Adolf Hitler.

La leyenda negra sobre España había penetrado tanto en la sociedad estadounidense que incluso se reflejaba en los libros escolares, donde se promovía una imagen negativa de la historia española. El odio anglosajón, que había nacido en la rivalidad imperial europea, fue adoptada y amplificada por Estados Unidos, convirtiendo a España en su enemigo.

Las influencias de la propaganda

Según el historiador norteamericano Philip Powell, autor de La Leyenda Negra. Un invento contra España, la manipulación propagandística de la historia española estuvo profundamente influenciada por el anticatolicismo y el complejo de superioridad anglosajón. En su obra, Powell destaca cómo la leyenda negra se fusionó con prejuicios religiosos y raciales, presentando a los protestantes como superiores a los católicos y asociando el declive español con la supuesta decadencia del catolicismo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, y con la creciente influencia de la comunidad hispana en Estados Unidos, la visión histórica sobre España comenzó a suavizarse. El hispanista William S. Maltby llegó a anunciar en su libro The Black Legend in England (1969) que Estados Unidos podría enfrentarse a una "deformación" similar a la de España, como le ocurrió en su tiempo. 

A día de hoy, el pasado español en territorios como California, Texas y Florida está siendo redescubierto, marcando un cambio en la percepción de lo hispano en el país que una vez lo consideró su enemigo.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

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Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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