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Los dos curiosos invitados que aparecen entre las estatuas del Palacio Real de Madrid

Los dos curiosos invitados que aparecen entre las estatuas del Palacio Real de Madrid

Son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica.

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Son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica.

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Son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica.

Los dos curiosos invitados que aparecen entre las estatuas del Palacio Real de Madrid

Son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica.

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Son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica.

Palacio Real de Madrid, EspañaManjik

La fachada del Palacio Real de Madrid, con vistas a la emblemática plaza de la Armería, guarda un secreto histórico que podría sorprender a muchos visitantes. Entre las estatuas de los monarcas españoles que decoran esta imponente estructura, destacan dos figuras curiosas y cargadas de simbolismo: Moctezuma y Atahualpa, los últimos emperadores de los aztecas y los incas, respectivamente.

La presencia de estas estatuas en el Palacio Real no es casualidad. De hecho, según cuenta el ABC, forma parte de una enseñanza histórica propuesta por el erudito Fray Martín Sarmiento a Fernando VI. La idea era representar a todos los monarcas que, a lo largo de los siglos, contribuyeron a la formación y expansión de la Monarquía Hispánica, comenzando por el Rey Ataulfo, el primer rey visigodo que se instaló en la península ibérica en el año 415.

La inclusión de Moctezuma y Atahualpa en esta galería de reyes refleja el gran alcance de la Monarquía Española, que llegó a abarcar territorios en América. Estos emperadores americanos, aunque derrotados y subyugados durante la conquista, son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica, que se extendió más allá de Europa hasta el Nuevo Mundo.

Diversos rincones de España

Originalmente, un centenar de estatuas reales adornaban la fachada del Palacio Real, simbolizando la continuidad y la grandeza de la Monarquía Española a través de los siglos. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos III, muchas de estas figuras fueron retiradas de su lugar original. Las estatuas, incluyendo las de Moctezuma y Atahualpa, se dispersaron por diversos puntos de España.

Algunas terminaron en los almacenes del Alcázar, mientras que otras fueron enviadas a ciudades como Burgos, Pamplona y diferentes lugares de Madrid, como el Retiro y la Plaza de Oriente. En 1970, varias estatuas regresaron a su lugar en el Palacio Real, pero muchas otras permanecieron en sus nuevos destinos, dejando incompleta la lección de historia que Fray Martín Sarmiento había imaginado.

Un simbolismo que perdura

La presencia de Moctezuma y Atahualpa entre los reyes españoles en la fachada del Palacio Real muestra la compleja historia de la Monarquía Hispánica y su influencia en otros continentes. Asimismo, la fachada del Palacio Real es el lugar donde la herencia de los reyes españoles y los emperadores americanos se encuentran y cuyas estatuas simbolizan la integración de sus historias.

La fachada del Palacio Real de Madrid, con vistas a la emblemática plaza de la Armería, guarda un secreto histórico que podría sorprender a muchos visitantes. Entre las estatuas de los monarcas españoles que decoran esta imponente estructura, destacan dos figuras curiosas y cargadas de simbolismo: Moctezuma y Atahualpa, los últimos emperadores de los aztecas y los incas, respectivamente.

La presencia de estas estatuas en el Palacio Real no es casualidad. De hecho, según cuenta el ABC, forma parte de una enseñanza histórica propuesta por el erudito Fray Martín Sarmiento a Fernando VI. La idea era representar a todos los monarcas que, a lo largo de los siglos, contribuyeron a la formación y expansión de la Monarquía Hispánica, comenzando por el Rey Ataulfo, el primer rey visigodo que se instaló en la península ibérica en el año 415.

La inclusión de Moctezuma y Atahualpa en esta galería de reyes refleja el gran alcance de la Monarquía Española, que llegó a abarcar territorios en América. Estos emperadores americanos, aunque derrotados y subyugados durante la conquista, son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica, que se extendió más allá de Europa hasta el Nuevo Mundo.

Diversos rincones de España

Originalmente, un centenar de estatuas reales adornaban la fachada del Palacio Real, simbolizando la continuidad y la grandeza de la Monarquía Española a través de los siglos. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos III, muchas de estas figuras fueron retiradas de su lugar original. Las estatuas, incluyendo las de Moctezuma y Atahualpa, se dispersaron por diversos puntos de España.

Algunas terminaron en los almacenes del Alcázar, mientras que otras fueron enviadas a ciudades como Burgos, Pamplona y diferentes lugares de Madrid, como el Retiro y la Plaza de Oriente. En 1970, varias estatuas regresaron a su lugar en el Palacio Real, pero muchas otras permanecieron en sus nuevos destinos, dejando incompleta la lección de historia que Fray Martín Sarmiento había imaginado.

Un simbolismo que perdura

La presencia de Moctezuma y Atahualpa entre los reyes españoles en la fachada del Palacio Real muestra la compleja historia de la Monarquía Hispánica y su influencia en otros continentes. Asimismo, la fachada del Palacio Real es el lugar donde la herencia de los reyes españoles y los emperadores americanos se encuentran y cuyas estatuas simbolizan la integración de sus historias.

La fachada del Palacio Real de Madrid, con vistas a la emblemática plaza de la Armería, guarda un secreto histórico que podría sorprender a muchos visitantes. Entre las estatuas de los monarcas españoles que decoran esta imponente estructura, destacan dos figuras curiosas y cargadas de simbolismo: Moctezuma y Atahualpa, los últimos emperadores de los aztecas y los incas, respectivamente.

La presencia de estas estatuas en el Palacio Real no es casualidad. De hecho, según cuenta el ABC, forma parte de una enseñanza histórica propuesta por el erudito Fray Martín Sarmiento a Fernando VI. La idea era representar a todos los monarcas que, a lo largo de los siglos, contribuyeron a la formación y expansión de la Monarquía Hispánica, comenzando por el Rey Ataulfo, el primer rey visigodo que se instaló en la península ibérica en el año 415.

La inclusión de Moctezuma y Atahualpa en esta galería de reyes refleja el gran alcance de la Monarquía Española, que llegó a abarcar territorios en América. Estos emperadores americanos, aunque derrotados y subyugados durante la conquista, son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica, que se extendió más allá de Europa hasta el Nuevo Mundo.

Diversos rincones de España

Originalmente, un centenar de estatuas reales adornaban la fachada del Palacio Real, simbolizando la continuidad y la grandeza de la Monarquía Española a través de los siglos. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos III, muchas de estas figuras fueron retiradas de su lugar original. Las estatuas, incluyendo las de Moctezuma y Atahualpa, se dispersaron por diversos puntos de España.

Algunas terminaron en los almacenes del Alcázar, mientras que otras fueron enviadas a ciudades como Burgos, Pamplona y diferentes lugares de Madrid, como el Retiro y la Plaza de Oriente. En 1970, varias estatuas regresaron a su lugar en el Palacio Real, pero muchas otras permanecieron en sus nuevos destinos, dejando incompleta la lección de historia que Fray Martín Sarmiento había imaginado.

Un simbolismo que perdura

La presencia de Moctezuma y Atahualpa entre los reyes españoles en la fachada del Palacio Real muestra la compleja historia de la Monarquía Hispánica y su influencia en otros continentes. Asimismo, la fachada del Palacio Real es el lugar donde la herencia de los reyes españoles y los emperadores americanos se encuentran y cuyas estatuas simbolizan la integración de sus historias.

La fachada del Palacio Real de Madrid, con vistas a la emblemática plaza de la Armería, guarda un secreto histórico que podría sorprender a muchos visitantes. Entre las estatuas de los monarcas españoles que decoran esta imponente estructura, destacan dos figuras curiosas y cargadas de simbolismo: Moctezuma y Atahualpa, los últimos emperadores de los aztecas y los incas, respectivamente.

La presencia de estas estatuas en el Palacio Real no es casualidad. De hecho, según cuenta el ABC, forma parte de una enseñanza histórica propuesta por el erudito Fray Martín Sarmiento a Fernando VI. La idea era representar a todos los monarcas que, a lo largo de los siglos, contribuyeron a la formación y expansión de la Monarquía Hispánica, comenzando por el Rey Ataulfo, el primer rey visigodo que se instaló en la península ibérica en el año 415.

La inclusión de Moctezuma y Atahualpa en esta galería de reyes refleja el gran alcance de la Monarquía Española, que llegó a abarcar territorios en América. Estos emperadores americanos, aunque derrotados y subyugados durante la conquista, son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica, que se extendió más allá de Europa hasta el Nuevo Mundo.

Diversos rincones de España

Originalmente, un centenar de estatuas reales adornaban la fachada del Palacio Real, simbolizando la continuidad y la grandeza de la Monarquía Española a través de los siglos. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos III, muchas de estas figuras fueron retiradas de su lugar original. Las estatuas, incluyendo las de Moctezuma y Atahualpa, se dispersaron por diversos puntos de España.

Algunas terminaron en los almacenes del Alcázar, mientras que otras fueron enviadas a ciudades como Burgos, Pamplona y diferentes lugares de Madrid, como el Retiro y la Plaza de Oriente. En 1970, varias estatuas regresaron a su lugar en el Palacio Real, pero muchas otras permanecieron en sus nuevos destinos, dejando incompleta la lección de historia que Fray Martín Sarmiento había imaginado.

Un simbolismo que perdura

La presencia de Moctezuma y Atahualpa entre los reyes españoles en la fachada del Palacio Real muestra la compleja historia de la Monarquía Hispánica y su influencia en otros continentes. Asimismo, la fachada del Palacio Real es el lugar donde la herencia de los reyes españoles y los emperadores americanos se encuentran y cuyas estatuas simbolizan la integración de sus historias.

La fachada del Palacio Real de Madrid, con vistas a la emblemática plaza de la Armería, guarda un secreto histórico que podría sorprender a muchos visitantes. Entre las estatuas de los monarcas españoles que decoran esta imponente estructura, destacan dos figuras curiosas y cargadas de simbolismo: Moctezuma y Atahualpa, los últimos emperadores de los aztecas y los incas, respectivamente.

La presencia de estas estatuas en el Palacio Real no es casualidad. De hecho, según cuenta el ABC, forma parte de una enseñanza histórica propuesta por el erudito Fray Martín Sarmiento a Fernando VI. La idea era representar a todos los monarcas que, a lo largo de los siglos, contribuyeron a la formación y expansión de la Monarquía Hispánica, comenzando por el Rey Ataulfo, el primer rey visigodo que se instaló en la península ibérica en el año 415.

La inclusión de Moctezuma y Atahualpa en esta galería de reyes refleja el gran alcance de la Monarquía Española, que llegó a abarcar territorios en América. Estos emperadores americanos, aunque derrotados y subyugados durante la conquista, son considerados parte del legado histórico de la Monarquía Hispánica, que se extendió más allá de Europa hasta el Nuevo Mundo.

Diversos rincones de España

Originalmente, un centenar de estatuas reales adornaban la fachada del Palacio Real, simbolizando la continuidad y la grandeza de la Monarquía Española a través de los siglos. Sin embargo, bajo el reinado de Carlos III, muchas de estas figuras fueron retiradas de su lugar original. Las estatuas, incluyendo las de Moctezuma y Atahualpa, se dispersaron por diversos puntos de España.

Algunas terminaron en los almacenes del Alcázar, mientras que otras fueron enviadas a ciudades como Burgos, Pamplona y diferentes lugares de Madrid, como el Retiro y la Plaza de Oriente. En 1970, varias estatuas regresaron a su lugar en el Palacio Real, pero muchas otras permanecieron en sus nuevos destinos, dejando incompleta la lección de historia que Fray Martín Sarmiento había imaginado.

Un simbolismo que perdura

La presencia de Moctezuma y Atahualpa entre los reyes españoles en la fachada del Palacio Real muestra la compleja historia de la Monarquía Hispánica y su influencia en otros continentes. Asimismo, la fachada del Palacio Real es el lugar donde la herencia de los reyes españoles y los emperadores americanos se encuentran y cuyas estatuas simbolizan la integración de sus historias.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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