No, Rosalía no ha sentido la 'llamada' de Dios con 'Lux'
Aunque se haya vestido de monja y haya sacado el rosario para este nuevo disco, la artista ha mostrado su espiritualidad desde su primer disco.

Palomas, cruces, rosarios, la emoción ante la Escolanía de Montserrat, ella misma vestida de monja con una camisa de fuerza o el blanco como color de luz y pureza. Rosalía viene cargada de iconografía religiosa en su nuevo disco Lux y tampoco exenta de polémica. En el primer sencillo Berghain, ya hemos visto símbolos católicos como el Sagrado Corazón, la paloma como Espíritu Santo.
Ante esta nueva estética —a la que se han sumado también artistas como Lily Allen o que llega a las pantallas de la mano de Los domingos de Alauda Ruiz de Azúa— que algunos han bautizado como nuncore o catholic chic, algunos achacan una vuelta al conservadurismo o un blanqueamiento de los valores tradicionales en pleno auge de la ultraderecha a nivel global.
Todo ello, con imágenes en su interior en las que aparece desnuda evocando la crucifixión de cristo que, lejos de ser encumbrados por ese neoconservadurismo, podría ser objeto de blasfemia por los más extremistas.
No obstante, cabe recordar que, aunque el boom por catolicismo lleva varios años en España con historias como las de La Mesías, fenómenos como Stella Maris, Íñigo Quintero, Hakuna o Siloé, Rosalía ya había mirado hacia Dios en buena parte de su producción discográfica. Eso, sin tener en cuenta a que es una tradición que han labrado grandes artistas desde Bob Dylan a Leonard Cohen.
La catalana no ha negado en ningún momento la influencia espiritual de su obra. De hecho, en una entrevista en 2018 con la revista Mondo Sonoro, aseguraba: "Siento que soy una persona espiritual. Creo más en la causalidad que en la casualidad y a la vez creo que todos estamos aquí por algo, que tenemos un comedido". Sin embargo, no se ha manifestado como católica en ningún momento y en esa misma charla aseguró que ni está bautizada ni sus padres la llevaron nunca a la iglesia.
"Mi abuela me llevaba pero yo me fijaba en la música", recordó entonces y aseguró que su relación con la espiritualidad ha ido creciendo conforme ha ido madurando y que no tiene que ver con la iglesia ni ninguna institución. "Es cierto que hoy día no se habla tanto de esto por el prejuicio de vincular lo religioso con las instituciones, pero para mí no tiene nada que ver", recalcó.
La vinculación de la religión con su abuela ya la mostró en una grabación de ella incluida en su canción G3N15, que se encuentra en su disco Motomami y que dedica a su sobrino Genís y a su familia. "Buenos días, amor mío. Me gusta pensar que en momentos difíciles, siempre ayuda muchísimo tener una referencia a Dios. Siempre se la familia en primer lugar, y no en primer lugar, diría que en primer lugar siempre se Dios y después la familia. La familia es tan importante, la familia siempre es importante", decía su abuela en catalán
De los poemas de San Juan de la Cruz a "el mejor artista es Dios"
Lejos de ser una novedad, Rosalía viene hablando de Dios y de Jesucristo desde su primer disco en 2017, Los Ángeles, donde se incluye la saeta El redentor, en la que aborda la pasión de cristo, como bien marca el palo flamenco. "Y le escupen, y le abofetean, y lo coronan de espinas. Sangre pura chorrea por su carita divina, ay. Era un día de jueves santo, ay", reza la canción.
Poco después de la publicación de este trabajo, Rosalía publicó una versión de Aunque es de noche, de Enrique Morente, a su vez basada en un poema del religioso y poeta místico San Juan de la Cruz, en el que reflexiona de la fe y la "verdad eterna" a través de una fuente que sigue manando a pesar de la incertidumbre de la oscuridad y donde se incluyen metáforas divinas como el "pan de vida".
En El Mal Querer, en 2018, la catalana juega con toda la iconografía religiosa a lo largo de sus 11 capítulos en los que aborda una relación tóxica. Lo vemos en Que no salga la luna con ese "a la virgencita de la Merced, un rezo / Penitencia pagó, que por sus beso" en el que parafrasea la oración popular de los cautivos a la virgen de la Merced; en las referencias a los ángeles en Preso y esa bajada a los infiernos y subida "con dos ángeles" que recita Rossy de Palma y en Nana con ese "en la puerta del cielo venden zapatos pa' los angelitos que están descalzos"; en Bagdad "sentaíta, al cielo quiere rezarle, prendaíta de de sus males que Dios tendrá que cobrarle" o en ese "solo Dios puede juzgarme, solo a él debo obediencia" de A ningún hombre.
Tras este disco, y tras sacar varias canciones como Dios nos libre del dinero, en Motomami (2022) Rosalía experimenta aún más con los sonidos latinos y electrónicos, así como con distorsiones, referencias asiáticas y estructuras más propias del jazz para reflexionar sobre la fama. Sin embargo, aunque algunos lo vieran como una salida a lo empoderante y rompedor de la catalana, tampoco faltaron las referencias religiosas.
Las tenemos, además de en la mencionada G3 N15, en esas bendiciones que pide en Bulerías con "Dios bendiga a Pastor y Mercé. / A la Lil Kim, a Tego y a la M.I.A." o en La combi Versace con "Dios bendiga a Gianni". Pero también en la sexual Hentai con ese "lo segundo es chingarte, lo primero es Dios", en Diablo con "la bala de Dios juega en la ruleta, tú no has vigilao, se ha ido tu pureza" o en CUUUUuuuuuute con ese "keep it cute, que aquí el mejor artista es Dios" con el que además cerró la gira de Motomami y que muchos vieron una referencia a este nuevo trabajo enfocado en la fe.
Pero si hay una que reflexione acerca del desamor y los destinos divinos es en Como un G, una de las canciones más sentimentales del disco con el piano como único instrumento y una distorsión vocoder cuando se acerca el final. "No reces por mí, quiero que sepas que estoy bien, yo tengo mi fe, mis armas, mi cora que aún no sé pa' quién", canta la catalana. "Si no lo puedes tener, mejor dejarlo ir, qué pena cuando quieres algo, pero Dios tiene otros planes pa' ti", continúa con esta reflexión divina.
Por si fuera poco, ella misma lanzó los 20 mandamientos de una motomami, al más puro estilo católico, donde se incluían frases como "Una motomami sabe que el mejor artista es Dios".
De la imaginería sacra y cofrade a la Inmaculada Concepción
A nivel estético y visual, Rosalía también ha demostrado la importancia en su discografía de la religión y la visión espiritual. De hecho, uno de los elementos más comentados de Malamente, la canción con la que dio el salto al gran público de El Mal Querer, fue el nazareno que hacía skate y que entre el público anglosajón fue comparado con los miembros del Kluklux Klan.

La portada de este disco es la pura representación católica en sí misma, aunque desnuda, se encumbra como una virgen, concretamente con la simbología de la Inmaculada Concepción, sobre una nube, con corona de estrellas y una aureola que recuerda a los rayos de luz de parte de su iconografía.

El reflejo de la iconografía sacra se ve también en otros videoclips como el de Pienso en tu mirá, donde vuelve a evocar a otra de las vírgenes de Gloria más populares del imaginario español: la Virgen del Rocío con las manos que se le colocan alrededor de su cabeza a modo de corona. En otro frame de este mismo clip, la catalana aparece de negro y con las manos situadas a su frente, como si de una dolorosa se tratara. Algunos la compararon también con la Esperanza Macarena de la Semana Santa de Sevilla.
Aunque en Motomami la estética predominante era motera, con referencia al anime japonés y los guiños cyberpunk, también hubo reminiscencias al catolicismo de sus letras como en la interpretación en directo de G3N15, donde los bailarines la alzaban como un crucificado.
Aunque no sea algo nuevo en su discografía, parece que Rosalía va a sacar con Lux su disco más espiritual, con referencias religiosas como las que ya ha mostrado en Berghain, pero donde se abordará también el perfil más filosófico de la espiritualidad, tal y como ha dejado entrever con las citas a Simone Weil en el formato físico.
