El húngaro László Krasznahorkai, Nobel de Literatura 2025
Lo ha recibido "por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte".
El húngaro László Krasznahorkai ha sido galardonado con el Nobel de Literatura 2025, tal y como han anunciado este jueves desde la Academia Sueca "por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte".
En la Academia sueca califican al autor, un habitual en las quinielas por el Nobel en lo últimos años, como un "gran escritor épico de tradición centroeuropea que se extiende desde Kafka hasta Thomas Bernhard, y que se caracteriza por el absurdo y el exceso grotesco".
Tal era lo esperado de este galardón, que Krasznahorkai ya se había pronunciado al respecto. "No quiero mentir. Sería muy interesante recibir este premio. Sin embargo, me sorprendería mucho si lo ganara", afirmó el pasado febrero en una entrevista en Estocolmo, durante la presentación de su novela Herscht 07769, tal y como recoge EFE.
Nacido 1954 en la pequeña ciudad de Gyula en la frontera con Rumanía, Krasznahorkai tomó muchas de esas referencias en sus novelas, como hizo para ambientar Sátántangó (Tango satánico) su primer libro publicado en 1985, que se convirtió en toda una revelación y un éxito en su Hungría natal.
Antes de llegar a la literatura, Krasznahorkai se sintió atraído por las leyes y estudió derecho en las Universidades de Szeged y de Budapest entre 1973 y 1978, aunque finalmente abandonó los estudios para trabajar en distintos empleos pasando de minero a vigilante de seguridad.
Sus primeros acercamientos a la escritura los hizo mientras estudiaba Andragogía (enseñanza de adultos) y Filología Húngara en la Universidad de Budapest cuando comenzó a publicar en diferentes revistas literarias, como Mozgó Világ (Mundo en Movimiento).
Tras esto, en 1980 salió de Hungría y se embarcó en numerosos viajes que llevaron a vivir durante 15 años en Alemania, Francia, España, Italia, Grecia, Países Bajos, Reino Unido, EEUU, China y Japón.
Su escritura, en gran parte, están marcadas por la pérdida de valores del régimen comunista y más tarde con la visión de la civilización occidental en declive.
Una literatura apocalíptica cargada de humor para retratar a centroeuropa
Susan Sontag lo calificó como el "el maestro húngaro del apocalipsis que evoca a Gogol y Melville" y es que las situaciones de terror, apocalípticas y de decadencia tanto del régimen comunista como de la centroeuropa actual han marcado su obra.
Tango satánico, retrata desde el humor y lo grotesco, de forma muy sugestiva a un grupo de residentes indigentes en una granja cooperativa en el campo húngaro justo antes de la caída del comunismo. Tal y como apunta, Anders Olsson, presidente del Comité Nobel, en esta obra "reinan el silencio y la anticipación, hasta que el carismático Irimiás y su compinche Petrina, a quienes todos creían muertos, aparecen repentinamente en escena".
"El elemento satánico al que alude el título del libro está presente en su moral de esclavos y en las pretensiones del embaucador Irimiás, que, tan eficaces como engañosas, los dejan a casi todos en una situación comprometida", explica Olsson, quien recuerda que durante la lectura de la novela "todos esperan un milagro". Tal fue la acogida de la obra, que en 1994 fue llevada al cine por el cineasta Béla Tarr.
El segundo libro del autor, Az ellenállás melankóliája (La melancolía de la resistencia) publicado en 1989 es calificado desde los Nobel como una "febril fantasía de terror" y tiene lugar también en un pequeño pueblo húngaro, en este caso en el valle de los Cárpatos. En una situación dramática, de estado de emergencia, en la que la localidad es prácticamente un pueblo fantasma, la única atracción es el cadáver de una ballena gigante.
"Este misterioso y amenazante espectáculo pone en movimiento fuerzas extremas, provocando la propagación tanto de la violencia como del vandalismo. Mientras tanto, la incapacidad de los militares para prevenir la anarquía crea la posibilidad de un golpe dictatorial. Empleando escenas oníricas y caracterizaciones grotescas, László Krasznahorkai retrata magistralmente la brutal lucha entre el orden y el desorden. Nadie escapa a los efectos del terror", señala Olsson.
En Háború és háború (Guerra y guerra) publicado en 1999 narra con la épica propia de una epopeya contemporánea la salida del archivista Korin de Hungría para viajar desde las afueras de Budapest a Nueva York para lograr en el final de su vida ese "centro en el mundo". A su vuelta, encuentra en los archivos los escritos evocadores de guerreros antiguos en su regreso a casa.
"La prosa de Krasznahorkai ha evolucionado hacia una sintaxis fluida con oraciones largas y sinuosas sin puntos que se ha convertido en su sello distintivo", recuerda Olsson sobre su característico estilo, que hacen que el lector tenga que prestar especial atención en su lectura.
El autor recibió en 2024 el Premio Formentor publicó ese mismo año en España El barón Wenckheim vuelve a casa, originalmente publicada en húngaro en 2016, donde este noble arruinado adicto al juego vuelve a Hungría tras años en el exilio en Argentina. Allí, espera reencontrarse con su antiguo amor de la infancia. No obstante, su retorno siembra la confusión en el pueblo ya que muchos lo ven como a un rico benefactor capaz de salvarlos de la fatalidad, cuando en realidad ha dilapidado su fortuna en los casinos de Buenos Aires.
En la que es su penúltima novela, Herscht 07769, aún no publicada en español retrata la crudeza y el horror provocado por la anarquía social, el asesinato y los incendios en la localidad alemana de Turingia. Tal y como apunta Olsson, "ha sido descrita como una gran novela alemana contemporánea por su precisión al retratar el malestar social del país" todo vinculado estrechamente a la obra de Bach.
En español se han publicado Melancolía de la resistencia (2001), Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río (2005), Guerra y Guerra (2009), Ha llegado Isaías (2009), Y Seiobo descendió a la Tierra (2015), Tango satánico (2017), Relaciones misericordiosas (2023) y El barón Wenckheim vuelve a casa (2024).
El pasado 2024, el Nobel de Literatura recayó en la surcoreana Han Kang "por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana".