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Un arqueólogo sostiene que la leyenda de la ciudad perdida en el Amazonas "no tiene sentido"

Un arqueólogo sostiene que la leyenda de la ciudad perdida en el Amazonas "no tiene sentido"

Tiene una explicación histórica y natural.

Amazonas.Getty Images

Hace tiempo se hizo viral en redes sociales, sobre todo en Brasil, el supuesto hallazgo de Ratanabá, una misteriosa civilización escondida en la selva amazónica. Según las publicaciones, esta ciudad secreta sería más grande que el Gran São Paulo, habría sido la capital del mundo y ocultaría tesoros como esculturas de oro y tecnologías ancestrales.

Algunas teorías conspirativas incluso vincularon este hallazgo con la desaparición en 2022 del periodista inglés Dom Phillips y el indigenista brasileño Bruno Pereira, sugiriendo oscuros intereses internacionales en la Amazonía.

Eduardo Goés Neves, arqueólogo y profesor en la Universidad de São Paulo, desmiente rotundamente esta historia. "Todo esto es una ilusión", asegura. Con más de 30 años de experiencia en la región, Neves afirma que las fechas, dimensiones y estructuras atribuidas a Ratanabá no se sostienen científicamente.

Las ciudades del pasado

Según explica Eduardo, "esto no tiene ningún sentido desde el punto de vista de la historia geológica y biológica de nuestro planeta".  Además, estima que "nuestros antepasados más antiguos vivieron hace unos 6 millones de años. Pero nuestra propia especie, el Homo sapiens sapiens, apareció hace 350.000 años en África".

Aunque la arqueología amazónica ha revelado grandes asentamientos antiguos, el gran tamaño atribuido a Ratanabá, que incluso supera a el Gran São Paulo, es ficticio. Además, en el siglo XVI, las ciudades más grandes del mundo no superaban los 200.000 habitantes.

Neves calcula que antes de la colonización europea, unos 10 millones de indígenas vivían en la Amazonía. Esta cifra es muy inferior a la que permitiría una megalópolis como la descrita en las teorías virales.

Túneles, líneas rectas y desinformación

Las imágenes aéreas que muestran líneas rectas en la selva y túneles han sido presentadas como pruebas de Ratanabá. Sin embargo, según Neves, estas estructuras tienen explicaciones históricas o naturales. 

Los túneles corresponden a antiguas construcciones coloniales portuguesas, y las líneas rectas podrían ser formaciones de roca caliza o estructuras hechas por pueblos indígenas hace unos 2.500 años, no por una civilización misteriosa.

Para Neves, la difusión de estas teorías responde a una mezcla de desinformación, intereses económicos y racismo. "no podemos ignorar el racismo en este contexto. Cuando se dice que hubo civilizaciones 'avanzadas' hace 300 millones de años, se le está quitando a los ancestros de los pueblos indígenas de hoy, la autoría de todas esas construcciones", señala. Estas narrativas, agrega, distraen de los problemas reales de la región, como la violencia y el abandono estatal.

Una arqueología que enfrenta obstáculos

La investigación en la Amazonía es compleja. La falta de piedra ha dificultado la conservación de estructuras, y la arqueología depende de indicios como cerámicas, semillas o restos de comida. Solo recientemente, con tecnologías como el Lidar, se ha podido confirmar la existencia de grandes estructuras de tierra en la región.

Lejos de ciudades ficticias, la ciencia ha demostrado que el Amazonas fue ocupado de forma densa y organizada durante al menos 12.000 años por pueblos indígenas. Estos desarrollaron tecnologías agrícolas y urbanísticas altamente adaptadas al entorno. 

Neves concluye advirtiendo de que "para proteger la Amazonía, necesitamos fortalecer a las poblaciones locales, como los pueblos indígenas, los ribeirinhos, los quilombolas y los caboclos, porque tienen un papel muy importante en la construcción y mantenimiento de este patrimonio biocultural".