Una experta en limpieza anima a limpiar las ventanas en octubre para prevenir las antiestéticas manchas
Es el final de la temporada de polvo y polen.
Aunque muchas tareas del hogar se asocian con estaciones específicas —como cortar el césped en primavera o hacer limpiezas profundas en invierno—, la limpieza de las ventanas también tiene su momento ideal, y según los expertos, ese momento es octubre.
Lejos de ser una cuestión menor, elegir bien la época del año puede marcar la diferencia entre unos cristales relucientes o llenos de marcas y residuos. Kathryn Emery, experta en mejoras para el hogar y colaboradora de Be The Best Home, explica que el clima otoñal ofrece las condiciones perfectas para lograr un resultado impecable.
“Octubre es la época en que el abrasador sol del verano finalmente desaparece”, señala Emery en Be The Best Home. “Esto significa que los productos de limpieza no se secan tan rápido como lo harían con temperaturas más cálidas, lo que ayuda a prevenir las antiestéticas manchas”.
Por qué es el mes ideal
Durante los meses de verano, el calor intenso hace que el agua jabonosa se evapore rápidamente, dejando rastros o marcas en el vidrio. En cambio, el aire fresco del otoño permite limpiar sin prisas, evitando esas molestas líneas y garantizando un brillo más uniforme.
Además, el otoño marca el final de la temporada de polvo, polen. Según Christopher Murphy, experto en limpieza y gerente de capacitación de la empresa Men in Kilts, una limpieza a fondo en octubre elimina los residuos acumulados durante el verano y prepara las ventanas para resistir el invierno.
“Si no se limpian a tiempo, las partículas de polvo, polen y manchas de lluvia pueden dañar el vidrio y los marcos con el paso del tiempo. Una limpieza profunda en otoño no solo mejora el aspecto de las ventanas, sino que también prolonga su vida útil y previene daños a largo plazo”, explica Murphy según recoge el medio Dnevno.
Cómo hacerlo correctamente
No hace falta contar con herramientas sofisticadas. Los expertos recomiendan tener a mano:
- Un cubo con agua tibia y unas cucharaditas de detergente lavavajillas.
- Un limpiador de microfibra o una esponja suave.
- Una escobilla de goma.
- Paños de microfibra secos.
Para ventanas interiores, conviene aspirar primero el polvo y las telarañas antes de pasar el agua jabonosa, utilizando una cantidad moderada para evitar que gotee. En el exterior, lo ideal es enjuagar primero con una manguera para eliminar la suciedad más gruesa, y luego limpiar con movimientos suaves.