Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
Un niño superdotado de 4 años se niega a volver a la escuela por lo que la maestra dijo de él delante de todos

Un niño superdotado de 4 años se niega a volver a la escuela por lo que la maestra dijo de él delante de todos

La falta de comprensión hacia los niños con altas capacidades sigue dejando cicatrices en su educación.

Un niño, víctima de acoso escolar, llora en el pasillo de un colegio.Roman Bodnarchuk

La historia de Tom, un niño de cuatro años y medio con altas capacidades intelectuales, pone sobre la mesa la falta de comprensión y adaptación del sistema educativo hacia los menores superdotados. Según Le Figaro Étudiant, Tom comenzó a presentar problemas con la escuela tradicional desde la etapa de educación infantil, cuando su necesidad de estímulo intelectual chocó frontalmente con una enseñanza que no lograba responder a sus capacidades. La directora del Cours Privé Cyrano, un colegio privado de Niza que es especialista en niños con alto potencial intelectual (HPI) en lenguaje, Mariette Bousquet, explica que “son niños que desarrollan muy pronto un vocabulario rico y una comprensión fina de las matices”, pero que su trayectoria escolar suele estar marcada por dificultades.

Al llegar a la escuela especializada en noviembre de 2024, Tom se encontraba en situación de desenganche escolar desde la media sección. Su capacidad para dominar tiempos complejos de conjugación, como el subjuntivo, o su destreza para corregir a otros niños de primer curso en la lectura, evidencian un nivel avanzado. Sin embargo, este talento no ha evitado que el pequeño pasara por un proceso difícil para recuperar la confianza en el aprendizaje. La directora detalla que, para facilitar esta reinserción, “se creó un espacio de descompresión, una sala con juegos de construcción y de dinosaurios donde Tom podía refugiarse cuando lo necesitara, para que volviera a sentirse seguro”. Además, sus padres ajustaron su agenda para recogerlo por las tardes, ya que una jornada completa resultaba excesiva para él en los primeros meses.

El episodio que marcó el punto de ruptura ocurrió en el patio de la escuela infantil, cuando la maestra, sujetando a Tom del brazo, gritó delante de todos: “¡Se ha hecho pis encima!”. La reacción del niño fue inmediata: lloró desconsoladamente y se refugió en los brazos de su madre, negándose a volver nunca más a ese centro. La directora subraya que “un niño HPI en lenguaje comprende absolutamente todo lo que se dice a su alrededor” y que esta no es la primera vez que se encuentra con casos similares. La maestra, sin entender la necesidad de estímulo de Tom, le daba tareas demasiado sencillas, lo que le provocaba agotamiento cognitivo. “Sabía escribir, pero le pedían que repasara líneas de puntos; no tenía energía mental para eso”, explica Bousquet, que añade que la docente “pasaba el tiempo diciéndole que era malo y que no conseguía nada”.

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Este rechazo hacia la escuela tradicional ha afectado a Tom hasta el punto de que hoy sólo puede seguir su aprendizaje en un entorno adaptado que reconoce y potencia su potencial. “En matemáticas, ya maneja conceptos avanzados”, concluye la directora del centro especializado, que denuncia la falta de preparación del profesorado para atender a niños con estas características y el impacto emocional que ello conlleva.