Ingresos, audiencia, Benidorm Fest... ¿Qué consecuencias tiene la posible retirada de España de Eurovisión?
La UER perdería la inyección económica de RTVE y un público que supone el 10% de la audiencia total del festival. La cadena pública, por el contrario, dejaría sin atractivo al Benidorm Fest y renunciaría al jugoso share que le otorga cada año el festival.

El Consejo de Administración de RTVE ha decidido este martes con diez en votos a favor y cuatro en contra (con una abstención) que España no participe en la próxima edición del festival de Eurovisión si la UER, ente organizador del certamen, acepta la presencia de Israel en el concurso. La propuesta, llevada a la reunión por el presidente de la Corporación, José Pablo López, supondría la salida de nuestro país del mítico concurso desde su debut en el año 1961 y se alinea con la decisión también adoptada por otras cadenas europeas públicas al respecto, como la neerlandesa AVROTROS, la irlandesa RTÉ o la eslovenia RTVSLO.
RTVE ha sido una de las televisiones que más ha promovido de forma interna la salida de Israel de Eurovisión por su actuación en Gaza desde los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023. El pasado mes de abril el ente ya pidió a la UER abrir un debate "serio y profundo" sobre esta cuestión y unos días después, los comentaristas españoles del concurso recordaron esta demanda en antena antes de la actuación de Israel en la segunda semifinal del festival celebrado en Basilea (Suiza). "Las víctimas de los ataques israelíes en Gaza superan ya las 50.000. Y entre ellas, más de 15.000 niños y niñas según Naciones Unidas", subrayaron Tony Aguilar y Julia Varela. Unas palabras que provocaron el reproche de la UER, al considerar que RTVE estaba incluyendo contenido político en la retransmisión del certamen. Lo que llevó a su vez a que la cadena pública emitiera un mensaje en los segundos previos a la final con el siguiente mensaje: "Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina".
La decisión de RTVE supone un revés para la UER, que celebrará en diciembre una Asamblea General para decidir finalmente si Israel participa o no en el concurso que se celebrará en Viena (Austria) a mediados de mayo. La cadena española forma parte del denominado 'Big5', el 'club' de países que más dinero aporta para poder celebrar el festival al margen del anfitrión. En 2024, los derechos de retransmisión del certamen conllevaron para RTVE un desembolso de 334.432 euros.
Además, España es - en términos estrictamente numéricos - el tercer país que más audiencia aporta al festival, con casi seis millones de espectadores. Sobre el total de los datos de audiencia de la final de 2025, representa un 10% de la suma final de espectadores. Cabe recordar que Eurovisión no deja de ser un programa de televisión y la retirada de España (junto a la de otros países) supondría para el festival una reducción drástica de su audiencia millonaria, lo que mermaría su capacidad para atraer sponsors o acuerdos publicitarios con marcas de cara a próximas ediciones.
Por no hablar, por supuesto, del daño reputacional que el propio festival arrastra desde hace dos años con la participación de Israel mientras se acusa al país de cometer un genocidio en Gaza. En 2024, la UER puso trabas a su participación al considerar que su canción seleccionada hacía referencias directas al conflicto, algo no permitido en las reglas del concurso. Tras cambiar hasta en tres ocasiones la letra del tema elegido, la UER dio finalmente luz verde a su candidatura.
El año pasado, pese a las opiniones enfrentradas de algunas de las televisiones participantes y las protestas que suscitó su presencia, la organización aceptó de nuevo a Israel al considerar que su cadena de televisión, KAN, no infringe ninguna de sus normas. Israel, sin embargo, volvió a instrumentalizar el concurso enviando a una superviviente de los atentados de Hamás del 7 de octubre como su cantante y financió desde su propio gobierno una campaña en redes sociales pidiendo el voto para su candidatura. Algo reconocido por la propia UER y que viola las reglas del concurso, aunque este aspecto no le haya supuesto ninguna penalización. Israel acabó ganando el televoto con un amplio margen y fue finalmente segunda en la clasificación final, evidenciando un voto popular totalmente polarizado e influenciado por las tensiones geopolíticas del momento.
Para RTVE, renunciar a Eurovisión tampoco saldría gratis. En los últimos años, la cadena ha hecho una fuerte apuesta tanto por el festival como por el Benidorm Fest, la preseleccionada organizada desde 2022 para elegir al abanderado español. RTVE ya ha confirmado que, pase lo que pase, Benidorm Fest se celebrará a mediados de febrero del próximo año con un premio de 150.000 euros para el ganador. Sin embargo, el atractivo de que de ahí no resulte elegido el representante español hará perder fuerza a una preselección todavía en construcción y que necesita de muchos impulsos para tener relevancia tanto entre la audiencia televisiva como entre la industria musical.
Además, a la espera de conocer si RTVE emitiría el festival sin participar, la cadena pública perdería también un contenido muy relevante para su programación durante todo el año y una audiencia millonaria el mismo día del concurso. Con Melody, la cadena fue líder indiscutible el pasado 17 de mayo con un 25,9 %, su máximo diario desde la final de la Eurocopa de 2024. Lo que llevó a sus principales competidores, Antena 3 y Telecinco, a quedar por debajo del 8%. Eurovisión es, casi todos los años, el programa no deportivo más visto en nuestro país.
