Muchos recurren a estas pastillas de la lavadora y pocos se habrán preguntado a dónde va a parar el plástico
Son más perjudiciales de lo que en un principio podemos pensar.

La mayoría de pastillas de detergente para la lavadora se encuentran envueltas en un trozo de plástico, que por lo general suele contener alcohol polivinílico (PVA), un tipo de polímero especial cuya contaminación aún no se ha determinado con exactitud, pero que ya ha empezado a detectarse en las aguas marinas.
Y, aunque la mayoría de gente no se lo pregunta, el destino final de este plástico no es otro que las aguas, tal y como los mares y ríos, según señala el investigador Charles Rolsky, del Instituto Shaw, que afirma que ya se han detectado grandes cantidades de PVA, lo que plantea dudas sobre la repercusión medioambiental que puede tener.
Por ahora, la opción más segura para los consumidores y el medioambiente continúan siendo los detergentes líquidos o en polvo, pues las cápsulas líquidas se consideran peligrosas para los más pequeños por riesgo de ingerirlas, tal y como recomienda la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

Qué es el PVA
El alcohol de polivinilo o PVA, también conocido como polietenol o alcohol vinílico, es un tipo de polímero sintético que cuenta con la capacidad de disolverse en el agua (aunque con algunos matices). Algunas de sus características principales es que funciona como adhesivo, emulsionante y para formar películas.
Además, se trata de un componente no tóxico y que actúa de barrera contra los aromas y el oxígeno. Sus principales usos son como adhesivo, para productos de higiene femenina, para las cápsulas de detergente (como ya hemos explicado antes), para los juguetes para los niños o para la protección de guantes frente a químicos.
