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Jordi Mascaró Lamarca, médico geriatra: "Es difícil que alguien se suplemente vitamina B12 con pastillas toda la vida cuando el síntoma no está claro"

Jordi Mascaró Lamarca, médico geriatra: "Es difícil que alguien se suplemente vitamina B12 con pastillas toda la vida cuando el síntoma no está claro"

El miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y responsable del Ámbito de Geriatría del Hospital de Sant Pau de Barcelona da unas claves sobre el déficit de esta vitamina y cómo suplementarla.

Persona tomando suplementos de vitamina B12.Getty Images

El déficit de vitamina B12 es una de las preocupaciones más comunes de las personas mayores de 65 años, pero también de los veganos y vegetarianos, por las restricciones en su dieta de productos de origen animal. Un déficit de esta vitamina puede conllevar consecuencias a nivel cognitivo y, especialmente, en el sistema nervioso.

Jordi Mascaró Lamarca, geriatra miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y responsable del Ámbito de Geriatría del Hospital de Sant Pau de Barcelona, resuelve a El HuffPost algunas dudas sobre las posibles causas de este déficit en la población envejecida y cómo se puede paliar.

"Este déficit puede ser frecuente en muchas personas, pero especialmente la gente mayor es más vulnerable por una serie de mecanismos. En primer lugar, porque la nutrición puede ser un poquito peor", explica el especialista, que recuerda que esto se debe a factores médicos y sociales. 

De hábitos a enfermedades, pasando por la medicación: "Una población vulnerable de causa multifactorial"

"La gente mayor, por problemas de dentición y también por problemas económicos, muchas veces comen menos carne porque es muy cara y con las pensiones no se la pueden pagar. O sea, tenemos una población vulnerable de causa multifactorial", detalla y recuerda que esta es una de las principales fuentes de vitamina B12.

Una de las causas a nivel sanitario, según Mascaró, es la "mala absorción a nivel gástrico por envejecimiento del estómago" en buena parte debido a la "gastritis atrófica", que se manifiesta por la ausencia de la sustancia "factor intrínseco", "necesaria para la absorción de esta vitamina en un tramo muy selecto del intestino".

Esta dolencia, es mucho más prevalente especialmente en mayores de 70 años, lo que hace que la prevalencia de déficit de vitamina B12 sea mayor, pero no es la única dolencia de riesgo. "Por ejemplo, la diabetes que es muy frecuente, las personas mayores en un 20, 30 o 40%, en según qué poblaciones, pueden ser diabéticos", detalla Mascaró.

La enfermedad en sí no es el único factor de riesgo, sino que lo es también el fármaco más común contra ella, la metformina. Mascaró avisa que es "seguro e inocuo", pero "interfiere claramente en la absorción de vitamina B12", algo que, pese a que son numerosos los estudios que asocian una alta dosis de metmorfina con bajos niveles de B12, para el especialista no siempre se tiene en cuenta en consulta. 

"Esto que digo con tanta solvencia, muchos médicos no lo tienen presente. El uso crónico de metformina puede provocar déficit de vitamina B12 en pacientes ancianos y diabéticos", señala. Otro fármaco común en la población mayor, especialmente los que sufren la gastritis mencionada anteriormente, es el omeprazol. 

"Todos los fármacos de omeprazol y de la familia de los inhibidores de la bomba de protones pueden interferir en la absorción de muchos nutrientes: vitamina B12, hierro, calcio, magnesio, etcétera", explica el geriatra.

Consecuencias cognitivas y de anemia a distintos niveles

Mascaró ve importante discernir entre un déficit "franco" y lo que llama "borderline", es decir, al límite y donde la suplementación debe darse. "Cuando miramos metabolitos que se producen por el déficit de B12, estos están aumentados y esto tiene impacto en el funcionamiento del organismo", recuerda. 

El geriatra apunta a que la vitamina B12 es fundamental para un correcto funcionamiento del sistema nervioso: "Tanto el cerebro como los nervios periféricos, como la medula espinal, por lo tanto, puede provocar una disfunción del sistema nervioso".

"Esa disfunción puede provocar desde pérdida de memoria o de algunas facultades intelectuales, a cierta confusión, como problemas en la transmisión de la información. Entonces puede haber una neuropatía, sensación de hormigueo en la pierna o las manos", explica.

Al ser una vitamina, Mascaró recuerda que es fundamental para la regeneración celular y el rápido crecimiento de tejidos, entre ellas de la sangre, lo que puede llevar a un tipo de anemia característica: "El déficit de vitamina B12 puede provocar anemia, concretamente es característica la anemia macrocítica, que también puede provocar déficit de leucocitos y de plaquetas".

El médico pone el foco en que este déficit muchas veces se pasa por alto en las personas mayores ya que sus síntomas se atribuyen al envejecimiento. "Si los mirásemos más a fondo veríamos que muchos pacientes pueden tener déficits borderline o subclínicos de vitamina B12, que se pueden corregir y mejorar suplementándolos", señala y recuerda que antes de suplementar es fundamental un diagnóstico.

De hecho, apunta a que en las personas mayores la suplementación es la mejor opción debido a la causa multifactorial. "Los veganos y vegetarianos no van a comer carne, pero en la gente mayor, como hay tantas interferencias, es muy arriesgado suplementar solo con la dieta", explica. 

Para Mascaró, la propia suplementación plantea un "dilema". "Clásicamente el déficit de B12 se ha suplementado a través de vía pinchazo intramuscular o subcutáneo y cada vez hay más estudios y ensayos de tratamiento vía oral", apunta. "El tratamiento vía oral en muchos casos puede ser suficiente, pero en otros, cuando hay resecciones en gente que ha sido operada del tubo digestivo, nos fallará", explica y recuerda que el seguimiento del tratamiento es otro punto que puede llevar a su ineficacia.

"El problema de la vía oral es que, como es un tratamiento indefinido, hay muchos fracasos porque la gente se olvida. Muchas veces tenemos tendencia a no tratarnos cuando algo no nos molesta", recuerda el geriatra, que apunta que en el caso de las inyecciones "es más fácil que una persona si se tiene que pinchar una vez al mes de por vida, lo haga". "En cambio es difícil que alguien tratado con pastillas toda la vida, cuando el síntoma no está lo haga", recuerda.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

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Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

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Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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