Un neurocirujano defiende uno de los dulces más odiados: el dueto poderoso que añade años de juventud al cerebro

Según el Dr. David Perlmutter, neurólogo y autor de varios superventas sobre salud cerebral y nutrición, una dieta adecuada no solo alimenta el cuerpo, sino también la mente. En sus investigaciones (que resume el medio Espreso y queda recopilado en sus propios libros, como Grain Brain), sostiene que la combinación de chocolate negro y arándanos es uno de los duetos más poderosos para mantener el cerebro en forma, mejorar la memoria y prevenir el deterioro cognitivo.
Dos superalimentos, un mismo objetivo
El secreto está en los compuestos bioactivos de ambos alimentos. El chocolate negro, con un contenido mínimo del 70 % de cacao, es una fuente natural de flavonoides, sustancias antioxidantes que mejoran la circulación sanguínea cerebral y favorecen la oxigenación de las neuronas.
Por su parte, los arándanos son ricos en antocianinas, pigmentos que protegen las células nerviosas del daño oxidativo y la inflamación, dos factores asociados con el envejecimiento cerebral. Según el Dr. Perlmutter, al combinarse, estos componentes potencian la comunicación neuronal y la plasticidad sináptica, lo que se traduce en mejor concentración, agilidad mental y memoria.
“Esta mezcla actúa como un gimnasio para el cerebro: nutre, estimula y protege”, explica el especialista.
Un escudo frente al alzhéimer y la demencia
Perlmutter insiste en que la prevención de las enfermedades neurodegenerativas comienza mucho antes de los primeros síntomas. El consumo habitual de alimentos ricos en antioxidantes, como el chocolate negro y los arándanos, reduce el riesgo de Alzheimer y demencia.
Los flavonoides del cacao estimulan además la producción de serotonina, neurotransmisor vinculado al bienestar y al equilibrio emocional, lo que ayuda a mantener un estado de ánimo más estable. Los arándanos, por su parte, contrarrestan la acción de los radicales libres y favorecen la regeneración celular.
Varios estudios independientes han confirmado que incluir estos alimentos en la dieta (junto con otros como las nueces, el aceite de oliva virgen extra o el salmón) mejora el rendimiento cognitivo y retrasa el envejecimiento cerebral.
Cómo incorporarlos al día a día
El Dr. Perlmutter recomienda consumir pequeñas porciones de ambos alimentos a diario o varias veces por semana, preferiblemente en su forma más natural:
- Chocolate negro de calidad, con alto contenido en cacao y sin azúcares añadidos ni licor.
- Arándanos frescos o congelados, cultivados sin pesticidas.
Una combinación ideal puede ser una onza de chocolate negro con un puñado de arándanos frescos como tentempié, o mezclados con yogur natural o copos de avena al desayuno. También pueden formar parte de batidos antioxidantes o postres saludables sin azúcar refinado.
El neurólogo recuerda que no se trata de comer más, sino de comer mejor: “El cerebro se alimenta de lo que ponemos en el plato. Cada comida es una oportunidad para fortalecerlo o debilitarlo”.
El desafío del precio: el lujo de comer sano
No obstante, mantener estos hábitos podría volverse más costoso. Tal y como apunta Espresso, el precio del chocolate y del café está aumentando en todo el mundo, impulsado por el cambio climático y los costes de producción crecientes en países tropicales. Sequías, plagas y la reducción de cultivos de cacao en África Occidental están elevando los precios de materias primas clave.
El chocolate negro de calidad (el que conserva sus propiedades beneficiosas) podría convertirse en un artículo de lujo en los próximos años.
Aun así, los expertos coinciden: el valor nutricional y preventivo de estos alimentos compensa su precio. Mantener un cerebro sano y activo es una inversión en bienestar a largo plazo.
