Una ingeniera alimentaria avisa sobre lo que todo el mundo hace en la cocina y en realidad esparce bacterias
Un gesto de lo más cotidiano que puede ocasionar problemas de salud.

Cortar unas verduras. Mojarse los dedos en el fregadero. Trocear el pollo. Mojarse los dedos en el fregadero. Echar la sal. Mojarse los dedos en el fregadero. Este ritual suele repetirse una y otra vez a la hora de cocinar: cada vez que se toca algo, limpiarse con agua para procurar mantener la higiene, no estar pringados y no contaminar lo demás.
Sin embargo, no es la mejor práctica, como ha explicado en sus redes sociales la ingeniera alimentaria Mariana Zapién. Según esta experta, mojarse los dedos sólo con agua no es garantía de nada.
"No estás quitando bacterias ni restos de comida", ha subrayado en una de sus últimas publicaciones. "El agua solita no limpia bien y puede mover esas bacterias a otros alimentos o utensilios, causando contaminación cruzada (y hasta diarrea)", advierte.
Según Zapién, lo que habría que hacer todas esas veces es lavarse las manos, sí, pero con agua tibia y jabón y durante al menos 20 segundos, "sobre todo si tocaste carne cruda o frutas y verduras sin desinfectar".
Como recuerda el Ministerio de Consumo, "la higiene personal juega un papel importantísimo en la prevención de las intoxicaciones alimentarias". En ese sentido, como apuntan en su web, "las manos son el principal vehículo de transmisión de microorganismos, por lo que hay que lavarse bien las manos antes y después de manipular cualquier alimento y después de realizar actividades que puedan suponer un riesgo como usar el baño, tocar mascotas…".
Según la pauta que dan, lo aconsejable es lavarse "concienzudamente" con agua y jabón "y deben secarse preferentemente con paños de un solo uso o toallas de papel".
También recomiendan llevar las uñas cortas y limpias, así como no cocinar con anillos o pulseras que puedan tener suciedad. "Las heridas en las manos deben cubrirse con apósitos adecuados", apostillan.
