La luz juega un papel fundamental en cómo trabajamos, estudiamos o leemos. Además de que los tonos de luz o una correcta iluminación pueden fomentar más o menos cansancio visual, también puede afectar a la concentración.

Según el estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur, el uso de una determinada luz podría determinar la concentración y la eficiencia en actividades escolares.

Para llevar a cabo la investigación, analizaron un grupo de 54 estudiantes coreanos de cuarto grado durante un examen de matemáticas a los que sometieron a distintos tipos de luces. La clase estaba dividida en tres tipos de iluminación: cálida (de color amarillo 3.500 Kelvin), neutra (la que mejor imita la luz natural 5.000 Kelvin) y fría (tono azul 6.500 Kelvin). A la vez de estos grupos, se expuso a una segunda clase con iluminación fluorescente estándar que sirvió de grupo de control.

Los resultados mostraron que los alumnos estaban más concentrados para la realización de exámenes bajo la luz fría de 6.500K, mientras que la luz cálida fomentaba actividades recreativas como el recreo.

"Además de mejorar el rendimiento humano, las variables de temperatura en la iluminación también ejercen una gran influencia en las condiciones físicas y mentales de los seres humanos", indicó el coautor de la investigación Hyeon-Jeong Suk, profesor asociado del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur.

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