Una técnica en nutrición detalla el consumo que debes hacer de melón y sandía con malestar digestivo
Esta experta afirma que debemos tener en cuenta aspectos como la cantidad y el momento en el que se toman.

El melón y la sandía son dos de las frutas más consumidas en verano: refrescantes, hidratantes y con un perfil nutricional muy interesante, según resalta la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. Sin embargo, "no siempre resultan bien toleradas", advierte esta experta. "Muchas personas refieren hinchazón, gases o digestiones pesadas después de tomarlas, especialmente si se consumen en exceso o en momentos poco adecuados". Luzón nos explica el porqué de estos problemas al consumir estas frutas y da consejos dirigidos a ellas.
Estas molestias digestivas se pueden deber al alto contenido en agua, "aunque su digestión es rápida, pero si se toman después de comidas copiosas pueden retrasar el vaciamiento gástrico y favorecer la fermentación", señala la técnica en dietética.
También tienen que ver la fibra y azúcares fermentables, ya que "el melón contiene fibra soluble y la sandía azúcares como la fructosa; en personas sensibles pueden generar gases y malestar", añade.
Otro aspecto es la cantidad ingerida, Luzón advierte: "Aunque saludables, si se consumen en raciones muy grandes pueden producir efecto laxante o distensión abdominal". Por lo tanto, en cuando al consumo recomendado, dice que "la evidencia y la práctica clínica apuntan a que lo mejor es ajustar la cantidad y el momento: raciones moderadas, es decir, alrededor de 150 gramos por toma (lo que equivale a una o dos rodajas pequeñas), hasta un máximo de 450–500 gramos al día".
La técnica en dietética recomienda además, "no tomarlas como postre de comidas abundantes": "Es mejor tomarlas solas, como tentempié a media mañana, en la merienda o como parte del desayuno". Y hay que "escuchar la tolerancia individual, porque hay personas que las digieren perfectamente y otras que deben limitar su consumo, sobre todo en cuadros de colon irritable o digestiones lentas".
Respecto a los beneficios nutricionales de estas frutas, Ana Luzón dice que "aun con estas precauciones, conviene recordar que son frutas con múltiples ventajas": "La hidratación, más del 90 % de su peso es agua; las vitaminas y antioxidantes, vitamina C y betacarotenos en el melón; licopeno y citrulina en la sandía, con efecto protector cardiovascular, así como los minerales que nos aportan, como el potasio y magnesio, útiles para la recuperación tras el calor o el ejercicio".
Por lo tanto, su conclusión es que el melón y la sandía no son “malas” para la digestión, "pero la cantidad y el momento importan". Y resume unos últimos consejos: "Si sufres de gases, acidez o hinchazón, evita tomarlas como postre tras comidas copiosas, elige raciones moderadas y fraccionadas a lo largo del día y observa tu propia tolerancia y ajústalas a tu caso".
Esta especialista acaba recordando que "en el marco de una alimentación variada y equilibrada, estas frutas pueden seguir siendo protagonistas de un verano refrescante y saludable".
