Ser wedding planner o especialista en bodas no hace necesariamente que en tu enlace tengas que aplicar lo que haces en tu labor profesional. Sarah Schreiber habló con la revista Newsweek sobre cómo lo que había visto hasta ahora le abrió el camino a ver cómo quería organizar su boda y darse cuenta de que quería ir contracorriente. 

Schreiber señaló en la publicación que la "inmersión total" que tuvo en el mundo de las bodas le dejó una cosa sumamente clara. "Las mejores bodas, las que aún recuerdo, se planearon con intención, se centraron en la conexión y la historia de amor de la pareja, y se estructuraron de forma diferente y más libre", indicó. "Me di cuenta de que no se trata del dinero. Se trata de... celebrar de una manera que tenga significado para ti", añadió.

En primer lugar optaron por una boda pequeña sin un gran número de invitados. Ella y su esposo, Zach Van Wingerden, invitaron a tan solo 35 invitados, que se alojaron en una mansión victoriana junto a ellos para poder cubrir los costes de todos.

"De repente, nos vimos ante una tarifa de 8.000 dólares por cuatro días completos, y una opción para cubrir completamente el alojamiento de nuestros invitados, ahorrándoles los cientos de dólares que habrían tenido que gastar para asistir a nuestra boda en temporada alta", señaló. 

A raíz de ahí, se sintieron más libres para "romper las reglas". Por ejemplo, decidieron no hacer un tarta o pastel nupcial tradicional y hacer una tarta de arándanos con vainilla de receta familiar de Shcreiber, cuya receta incluyeron como recuerdo para los invitados.

"Compré un vestido que no era de novia por 500 dólares y que todavía uso", comentó y recordó que los invitados recibieron "bolsitas cosidas a mano, creadas por Carey Lowe de The Idea Emporium, en lugar de sobres, que luego podían usar para bolígrafos, maquillaje o como bolso".

Aunque dejó claro que las bodas tienen un precio alto, independientemente del tamaño, hacer una boda pequeña puede ayudar a reducir costes y a que el sentimiento sea más agradable. "Creo que eso a menudo resulta en excesos y decisiones que no les convienen ni a ustedes, ni a sus familias, ni a sus invitados", señaló y recordó que el evento debe ser acorde a "lo que ustedes y sus invitados necesitan".

"Priorícense unos a otros y a ellos, y saldrán del evento sabiendo que cada decisión fue tomada desde el lugar correcto", enfatizó.

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