Dos turistas se divierten al máximo en un crucero, llega la factura de 3.200 euros y la gran huida los lleva hasta Ibiza
El viaje arrancó con lujos, se torció con una cuenta sin pagar y acabó con la pareja detenida en el aeropuerto.

Una pareja de británicos, él de 23 años y ella de 18, se entregó a los placeres de un crucero por el Mediterráneo como si no hubiera mañana. Lo que no esperaban era que la factura del servicio de habitaciones ascendiera a 3.200 euros. Intentaron esfumarse antes de que les pidieran explicaciones, pero la historia acabó de forma poco glamurosa: detenidos por la Policía Nacional en el aeropuerto de Ibiza.
Poco imaginaban los pasajeros del crucero lo que iba a pasar cuando vieron a una pareja salir zumbando del barco, cargando con sus maletas como si llevaran prisa por no perder un vuelo. Según la web alemana Focus, que cita como fuente al británico Daily Mail, los dos jóvenes británicos intentaron bajarse del crucero el pasado 21 de mayo a eso de las tres de la tarde, sin pagar los gastos que habían generado durante su estancia. El servicio de habitaciones, los extras, las consumiciones… todo sumaba alrededor de 2.685 libras, lo que equivale a unos 3.200 euros.
La policía española confirmó los detalles: “El 21 de mayo, sobre las 15:00 horas, la pareja intentó salir del crucero con su equipaje y se negó a pagar los gastos derivados de su estancia vacacional”, explicaron a la prensa. Acto seguido, se les localizó en el aeropuerto de Ibiza, ya dispuestos a coger un vuelo rumbo al Reino Unido. No lo consiguieron. Allí mismo, se les detuvo por un presunto delito de estafa.
Todo el asunto recuerda a esas escenas de película en las que los protagonistas intentan escapar de un lío sin mirar atrás. Solo que en esta ocasión, la trama duró lo justo que tardaron los agentes en identificarlos y acompañarlos a comisaría.
El turismo de lujo no sale gratis
Focus pone el foco en un patrón que, aunque minoritario, empieza a sonar familiar en el entorno de los cruceros. Hace unos meses, un pasajero fue acusado de orinar en un vaso y expulsado del barco sin previo aviso. El caso acabó en los tribunales y el hombre recibió una indemnización de 3.100 euros, más la devolución íntegra del viaje y los gastos del regreso. Otro viajero terminó enredado en una pelea por un baile descalzo. ¿Qué tienen en común estos casos? Todos se vivieron a bordo de cruceros de lujo y terminaron como mínimo en titulares, y en algunos casos, en sentencias judiciales.
El caso de los británicos no es más que otro capítulo en el libro de anécdotas de los cruceros, un sector que sigue disparado. Según datos de Statista, durante 2023 unos 31,7 millones de personas se embarcaron en cruceros en todo el mundo. De ellos, 8,2 millones salieron de Europa y, solo desde Alemania, se contaron 3,7 millones de pasajeros. La industria del ocio flotante está en plena forma, aunque de vez en cuando, alguna historia como esta ensombrece la imagen de glamour que rodea a este tipo de vacaciones.
En esta ocasión, lo que empezó como un viaje de ensueño acabó truncado por una huida mal calculada. La factura no se evaporó y la policía tampoco. El crucero continuó su ruta, pero la pareja británica cambió las vistas al mar por las cuatro paredes de un calabozo ibicenco.