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Este lugar es mucho más barato que Roma y alberga el coliseo conservado más grande del mundo

Este lugar es mucho más barato que Roma y alberga el coliseo conservado más grande del mundo

Un anfiteatro de proporciones asombrosas que nada envidia al italiano.

Anfiteatro de El Djem.Getty Images

Seguro que todos hemos visto o leído miles de veces sobre el célebre Coliseo de Roma, esa imponente joya arquitectónica reconocida entre las Siete Maravillas del Mundo, con sus imponentes arcos y su historia de gladiadores y soldados imperiales. Sin embargo, pocos saben que al otro lado del Mediterráneo se alza otro anfiteatro romano de proporciones y conservación asombrosas que nada tiene que envidiar al italiano.

En el corazón de la llanura tunecina, a medio camino entre Sfax y Susa, se alza el anfiteatro de El Djem, una de las joyas arqueológicas más impresionantes del mundo romano. Este coliseo de piedra caliza supera en conservación incluso a su homólogo de Roma. Construido hacia el año 238 d.C. en la antigua ciudad de Thysdrus, en el norte de África, era capaz de albergar hasta 35.000 espectadores.

Con sus 36 metros de altura, este coliseo es el tercer anfiteatro más grande del Imperio Romano y el mejor preservado del planeta. Desde 1979, el monumento figura en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Su estado de conservación es tal que hoy es posible subir hasta la tercera grada, recorrer sus pasillos interiores y adentrarse en las cámaras subterráneas donde antiguamente aguardaban gladiadores y fieras.

Mucho más barato

La principal ventaja de El Djem frente a Roma es el coste, ya que el precio de la entrada general ronda los 12 dinares tunecinos, que equivalen a unos 3,5 euros, lo que incluye también el acceso al cercano museo arqueológico. En contraste, una entrada básica para el Coliseo de Roma cuesta casi 20 euros, sin contar con las multitudes y las colas interminables que tanto caracterizan a la capital italiana.

Convertido hoy en un tranquilo pueblo de casas bajas y calles polvorientas, el Djem fue una ciudad próspera en época romana gracias a la producción de aceite de oliva, un bien muy codiciado en la metrópoli. Bajo el reinado de Maximino el Tracio se inició la construcción del anfiteatro, en el siglo III d.C., que refleja la ambición de su élite por rivalizar con otras grandes ciudades del imperio, como Roma. 

Espacio Eco
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Aunque dejó de usarse para espectáculos hace más de 1.600 años, el anfiteatro recupera cada verano parte de su antiguo esplendor al acoger el Festival Internacional de Música Sinfónica de El Djem. Esta convivencia de arqueología y cultura contemporánea subraya la versatilidad de un enclave que demuestra cómo, a veces, los grandes tesoros se encuentran en lugares sorprendentes que muchos no suelen mirar.