Los expertos en cruceros advierten a pensarlo dos veces antes de ir a por una habitación con balcón
Aseguran que se puede generar un túnel de vientos de lo más peligroso.

Las habitaciones con balcón suelen ser de las más codiciadas en los cruceros. Poder disfrutar del mar abierto desde la comodidad del camarote es uno de los grandes atractivos de este tipo de alojamiento. Pero según los expertos del portal especializado Cruzely.com, hay un detalle que muchos pasajeros pasan por alto y que conviene tener en cuenta antes de zarpar.
Uno de los errores más comunes, explican, es abrir la puerta del balcón al mismo tiempo que la del pasillo. La escena es más habitual de lo que parece y suele tener consecuencias inesperadas: "Quien lo haya hecho sabe que se genera un túnel de viento dentro de la habitación. A veces es solo una ráfaga agradable, pero otras puede ser tan fuerte como para hacer volar papeles, objetos o incluso puertas", advierten.
Aunque no representa un peligro grave, sí puede causar desorden e incluso dañar el mobiliario del camarote. Por eso, recomiendan evitar tener ambas puertas abiertas al mismo tiempo, aunque sea tentador dejar pasar la brisa marina.
Los especialistas también comparten otros consejos útiles para los viajeros que se alojan en estos camarotes. Por ejemplo, llevar un alargador múltiple, ya que la cantidad de enchufes suele ser limitada. Eso sí: nada de protectores de sobretensión, porque pueden interferir con el sistema eléctrico del barco.
También hay recomendaciones sobre el uso del propio camarote: comer allí está totalmente permitido, y muchos pasajeros disfrutan desayunos o cenas con vistas al mar. Sin embargo, es mejor evitar llevar alimentos con olores fuertes, especialmente si se trata de una cabina interior sin ventilación natural. Lo último que uno quiere en mitad del Atlántico es un olor persistente a mariscos o comida recalentada.
En cuanto al ruido, Cruzely recuerda que aunque el camarote es un espacio privado, no está completamente aislado. Las paredes, suelos y techos se comparten con otros pasajeros, y el sonido —sobre todo en los pasillos— se cuela con facilidad. “No hace falta comportarse como si estuvieras en una biblioteca, pero sí conviene tener algo de consideración, sobre todo por la noche”, señalan.
En definitiva, los camarotes con balcón ofrecen una experiencia privilegiada, pero también requieren ciertos cuidados para disfrutarlos al máximo —y sin molestar al resto del pasaje.
