Ayer celebramos el solsticio de verano en la expedición Cumbre de Hielo 2016. Era, también, el Día Nacional de Groenlandia, la fiesta grande, y nuestro compañero Malik Milfeldt se empeñó en sacar la bandera para ondearla sobre esta planicie de hielo. Incluso pretendió que cantáramos en groenlandés el himno, pero solamente Ramón Larramendi es capaz de hablarlo.
Al enterarme de la muerte de Miguel de la Quadra Salcedo, no sentí otra cosa más que no fuera una orfandad eterna. A pesar de que ya cuento con una edad, no termino por creerme que se haya ido. Creo que todavía está navegando el Orinoco, o explicando los secretos de la selva a incautos chavales.
Exploradores de la talla de Pilar Luna, Victor Boyarsky o Bertrand Piccard, premiados este año por la Sociedad Geográfica Española, nos demuestran que en pleno siglo XXl aún es posible sentir la aventura del descubrimiento. Ser pionero en un mundo donde parece que todo está visto y cartografiado.
Pocos directores norteamericanos nunca han tocado el western, ya sea directamente o como fuente de inspiración. El Renacido se acerca al género y lo combina con el existencialismo y con pretensiones de autor. El error es que parece acomplejada de acogerse al cine de aventuras e introduce elementos ñoños o, directamente, pedantes.
Desde que volvimos a casa después de habernos tomado un año sabático para viajar por el mundo, lo que más hemos oído es "¿cómo habéis podido pagar un viaje así?" u otros comentarios tipo: ¿Es que os ha tocado la lotería?; ¿De qué trabajáis?; ¿Trabajabais mientras estabais de viaje?; ¡Debéis de ser ricos!; Vuestros padres deben de ser ricos; Estáis locos.