Valerio, joven de 33 años, vive la Navidad como si viviera en 1900: "Sufro mucho por el desencanto del mundo"
Valerio, de 33 años, vive la Navidad como en 1900: árbol pequeño, regalos sin envolver y rituales olvidados, pero...

Como si de una máquina el tiempo se tratara (de hecho, la famosa novela de H. G. Wells, es de la misma época), puedes pasar una Navidad de 1900 en casa de Valerio Bonanno, un joven de 33 años que prefiere vivir como hace nada menos que 125 años. Y no es exagerado ni una pose puntual. Es un estilo de vida.
El reportero del diario alemán Die Zeit da fe de ello. Comprobó in situ como Valerio vive no solo la Navidad, sino todo el año en un apartamento amueblado como la época imperial alemana, en un edificio protegido del periodo Gründerzeit en Colonia (es decir, de la misma época) y colecciona ropa original de finales del siglo XIX y principios del XX.
Nada más entrar en su salón navideño llaman la atención el árbol diminuto, colocado sobre su mes, y los regalos dispuestos con cuidado, sin envolver. No es manía o capricho, todo está hecho a la manera de 1900. "Hay bastantes diferencias con respecto a la actualidad", explica Bonanno, que lleva semanas investigando cómo se celebraban las fiestas en Alemania alrededor de 1900.
Con el pelo engominado hacia atrás, gafas de montura dorada y un bigote perfectamente recortado, su imagen encajaría sin esfuerzo en un retrato de estilo Art Nouveau, listo todo para rodar una película de esa época sin que faltara un detalle o se viera un fallo cronológico.
Sus fuentes para "clavar" esa época en concreto
Para entender aquella Navidad hay que mirar la historia familiar. Bonanno se apoya en una serie de fotografías tomadas entre 1900 y 1942 por una pareja berlinesa, Anna y Richard Wagner, que cada Nochebuena se retrataban junto a su árbol y sus regalos. Las imágenes reflejan los vaivenes del siglo.
En 1918, tras el final de la Primera Guerra Mundial, la mesa de regalos aparece casi vacía. En 1927, en cambio, presumen de una aspiradora Progress de última generación. En 1940, ambos posan con abrigos dentro de casa por la escasez de carbón durante la guerra. La Navidad, entonces, también era un termómetro social y económico.
Así eran las Navidades de 1900
El ritual empezaba tarde. Era impensable montar el árbol a principios de diciembre. Su gran estreno era en la misma Nochebuena, justo antes de abrir los regalos, y podía permanecer semanas sin desmontarse. Pero no es como los gigantes de ahora, era pequeño y sin tanto adorno.
Los roles familiares estaban claramente definidos por las convenciones sociales. El padre encendía las velas del árbol y hacía sonar la campana que anunciaba los regalos. La madre se encargaba de la comida. Los niños recitaban poemas o cantaban villancicos. En los hogares de clase media, la música era parte esencial. "Era casi una representación teatral", resume Bonanno.
La dimensión religiosa también era mucho más marcada. El Adviento era tiempo de ayuno y, por tanto, no se permitía la carne en la cena de Nochebuena. El plato tradicional era la carpa. El ganso, hoy tan asociado a la Navidad alemana, se reservaba para el día 25.
Pero... no da ejemplo
Sin embargo, aquí viene el "giro", porque Bonanno no pasará la Navidad en su salón de 1900, sino en su Sicilia natal, rodeado de la familia y seguramente con un ambiente y entorno diametralmente opuestos.
La pregunta era inevitable: ¿Qué Navidad es más hermosa, la de 2025 o la de 1900? Su respuesta es tan reveladora como melancólica: "Sufro mucho por el desencanto del mundo". A su juicio, la Navidad ha perdido profundidad y "eso ha sido reemplazado por el consumismo, por los productos". Y lo dice sin nostalgia impostada. Más bien con la sensación de que, en algún punto del camino, la fiesta se vació de significado.
