el quijote
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Dejemos hablar a Cervantes
Ahora es el momento de dejar hablar a Cervantes, a su obra y a su tiempo. Es el momento de poner las bases que conviertan el Barrio de las Letras en un centro de conocimiento y difusión de las letras de los Siglos de Oro, de comenzar a elaborar un plan estratégico para hacer del centro de Madrid uno de los espacios culturales y turísticos más reconocidos y valorados en todo el mundo.
Pongamos que los restos sí son de Cervantes, ¿y ahora qué?
¿Va a llevar esto a una mejor comprensión de su obra? ¿Acarreará este descubrimiento la difusión entre el gran público de sus principales textos? ¿Resultará su sepultura un lugar de peregrinación o, al menos, un atractivo turístico añadido a nuestra capital? La recuperación de su restos, por muy importante que pueda ser a la noticia, sólo será verdadera si trae aparejada una recuperación de su memoria, de su pensamiento, de su literatura.
Desde el Quijote y el cocido a la 'street food' madrileña
Ha llegado el frío y con él, el cocido. Muchos platos de la cocina española tienen un nombre derivado de algún ingrediente, del método de cocción empleado o del recipiente en que se hacen. La palabra cocido es evidente; en origen, todos sus ingredientes se cocían juntos varias horas, en puchero de barro y al amor de la lumbre.
El último 'viaje' de Cervantes (1614-2014)
El Viaje del Parnaso es continua confidencia del agravio comparativo, tan español. La nave caballeresca, el paraíso y el sueño alegórico, más allá del humor, dejan testimonio rabelesiano y erasmista de un hombre genial que nos habla de la miseria moral de una época,.
Lecturas escolares obligatorias
Con la llegada del nuevo curso, los profesores de Lengua y Literatura se enfrentan a la difícil tarea de convertir a sus alumnos en los lectores del mañana y conscientes de la aversión que puede llegar producir el aprendizaje del hábito lector, tratan de hacer que las lecturas obligatorias lo sean menos.
Las dos Españas
No son políticas. Ni mucho menos. Aquí ya no hay izquierdas ni derechas. Hace tiempo que la política se transformó en economía y hoy la única diferencia estriba entre los representantes que se empeñan en dedicar los beneficios a mejoras sociales y los que optan por llevárselos a casa.