El acuerdo pretende ser el principio del fin para los vehículos de gasolina y diésel, que serán eliminados y sustituidos por vehículos de cero emisiones.
El texto “reafirma el objetivo de mantener el aumento de la temperatura media por debajo de los 2ºC sobre niveles preindustriales y a esforzarse para limitarlo a 1,5ºC”.
Se han logrado importantes compromisos en la primera semana en Glasgow, pero no son vinculantes ni suman a los peces grandes. Ahora hay que afinar el acuerdo final.
Por su parte, el primer ministro británico ha abierto la Cumbre del Clima en Glasgow alertando de que "si fracasamos, nuestros hijos no nos perdonarán".
Cada vez más movilizaciones masivas se plantan frente a los líderes mundiales para reclamar que este encuentro sea el último, porque no hay tiempo para frenar esta emergencia global.
El Gobierno sostiene que llega "con los deberes hechos", con sus leyes y compromisos de emisión, pero tendrá que duplicar casi su ritmo de descarbonización para cumplir.