Las más de 160.000 papeletas de voto electrónico que debían de haber empezado a llegar a miembros de los 'tories' el lunes no se habrían ni siquiera empezado a enviar.
Las acusaciones de índole personal en los debates previos han acabado anulando un nuevo encuentro. Por momentos, es difícil recordar que son colegas de partido.