El líder de la oposición británica, Keir Starmer, se muestra como alternativa a la "puerta giratoria del caos" en las filas conservadoras y promete liderazgo a la hora de tomar medidas difíciles: "Lo haré como primer ministro".
Ya son 13 los 'tories' que piden públicamente la dimisión de la primera ministra y algunos medios británicos calculan que 50 diputados habrían expresado su desconfianza al responsable de organizar las mociones de censura interna.
En el jardín de su residencia oficial, con su esposa y su hijo y otras 15 personas más, cuando las reuniones estaban limitadas. Sostiene que eran un encuentro de trabajo.
Los periódicos se mofan del doble rasero del primer ministro, al exigir que los británicos cumplieran con restricciones mientras él intercambiaba regalos y estaba de juerga.
El episodio del primer ministro británico perdiendo los papeles, hablado de Peppa Pig y haciendo ruido de coches no es una anécdota, sino un síntoma de sus bandazos.