Desde el primer encuentro Sánchez-Iglesias, el 7 de mayo, mucho ha llovido: acercamiento, esperanza, reproches, desencuentros, vuelta a la mesa y ¿ruptura final?
En un reciente artículo, llamó a Rivera “adolescente caprichoso” y le acusó de priorizar los supuestos intereses de partido por encima de los de España.