La Internacional Victimista
Opinión
Opinión

La Internacional Victimista

"Ayuso es una miembro de honor de esta Internacional. La estrategia es siempre la misma: presentarse como una pobre víctima. Una crack en lo suyo, eso nadie lo duda".

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz AyusoEFE

Se habla mucho, y es normal, por el impacto que tiene en nuestras vidas, de la “Internacional del Odio”. Esas alianzas establecidas entre fuerzas ultras que -a través de partidos políticos, lobbys y plataformas mediáticas- se dedican a socavar la democracia desinformando, promoviendo el miedo y el resentimiento. De lo que no se habla tanto, y se debería, porque también afecta a nuestro día a día, es de la “Internacional Victimista”.

Se trata de una red transnacional que basa su estrategia en, como su propio nombre indica, hacerse la víctima. Da igual el contexto o la latitud, el modus operandi es siempre el mismo: presentarse como los agraviados que deben ser reparados y, así, no asumir responsabilidades por sus actos. Suelen hacerlo de manera aspaventosa, intentando desplazar el foco de la conversación y escandalizando a la opinión pública.

Los miembros de esta Internacional tienen puño de hierro y mandíbula de cristal: descuidados con el resto y delicados cuando se trata de ellos. Acostumbrados a proferir insultos y faltas de respeto, claman al cielo cuando alguien les da su propia medicina. Con abundantes medios a su disposición y altavoces dispuestos a propagar su mensaje, aseguran que “ya no se puede decir nada” y ven la peor de las dictaduras en un pronombre, un tapón de plástico o un semáforo con dos monigotes de la mano…

Lo realmente sorprendente es que no tienen ningún reparo en desplegar su técnica pese a resultar, para cualquier espectador, fuera de lugar. Así acabamos viendo a uno de los hombres más poderosos del mundo quejarse y asegurar que su vida está en juego porque, tras promover golpes de estado e incitar al odio, hay gente boicoteando su marca de coches con nombre de inventor. O a todo un exPresidente de los Estados Unidos, con tupé y piel naranja, intentar convencernos de que la verdadera víctima es él cuando decenas de mujeres le acusan de agresión sexual o cuando un tribunal le investiga por hasta 34 delitos. Cuanto más surrealista suena, más insisten en su relato de persecución; cuanto más ejercen de verdugo, más se disfrazan de víctima

En la versión patria de esta Internacional tampoco se quedan cortos. Son capaces de asegurar que Mazón, el mismo que alargó la sobremesa mientras morían 229 personas en la DANA, ha sufrido una cacería personal y política. Estuvieron a un tris de declararle la víctima 230. Y todo para justificar un año de mentiras y su ignominiosa presencia en el funeral de estado mancillando la memoria de la víctimas.

Tienen tan depurada la técnica, y cuentan con tantos medios a su alcance, que incluso cuando pillan a la pareja de una presidenta autonómica estafando 350.000€ quien acaba en el banquillo es el Fiscal General y las portadas hablan de operación de estado contra esa pobre presidenta. Porque, aquí hay que reconocerlo, Ayuso es una miembro de honor de esta Internacional.

¿Que hay un genocidio en Gaza y hay un boicot deportivo para que Israel deje de asesinar indiscriminadamente y arrasar escuelas y hospitales? Pues la víctima es Ayuso porque no puede tener La vuelta ciclista en Madrid.

¿Que descubren a su hermano cobrando comisiones de las mascarillas en lo peor de la pandemia? Pues la víctima es Ayuso porque no dejan a su familia emprender y Pablo Casado acaba dimitiendo.

¿Que la Comunidad de Madrid se niega a cumplir la ley con el registro de objetores de conciencia del aborto? Pues ella se recorre platós utilizando como arma arrojadiza sus desgraciados abortos involuntarios y acusando de machista a cualquiera que ose contradecirla.

Da igual la fechoría, el delito o la irregularidad que se le descubra a ella, su gobierno o su entorno, la estrategia es siempre la misma: presentarse como una pobre víctima. Una crack en lo suyo, eso nadie lo duda.

Ante esta Internacional Victimista, seguramente menos peligrosa que la del Odio pero, sin duda, infinitamente más turra, sólo cabe una respuesta: no dejarse enredar. No distraerse con sus fuegos de artificio y dedicarnos a lo importante. Sin nuestro tiempo, nuestra atención y, sobre todo, sin nuestra indignación por lo que dicen y hacen, no son nada.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Diputado de Más Madrid en la Asamblea

Comentar:
comentar / ver comentarios