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Alarma por un cuello de botella en los carros de combate europeos que deja un gran punto débil en caso de invasión

Alarma por un cuello de botella en los carros de combate europeos que deja un gran punto débil en caso de invasión

Hay graves problemas logísticos, burocráticos y militares.

Tanques Leopard 2PL de las fuerzas armadas polacas, en el río Vístula a su paso por Gniew, durante unas maniobras de la OTAN, en marzo de 2024.Sean Gallup / Getty Images

Malas noticias para los países miembro de la Unión Europea. Según informó recientemente el Tribunal de Cuentas, el objetivo planteado en el año 2021, que pretendía reforzar y mejorar las fuerzas armadas de los estados europeos en pos de poder dar una respuesta unitaria, rápida y contundente en caso de enfrentamiento contra potencias exteriores, ha sido un fracaso.

El fracaso se refiere al nuevo Plan de Acción sobre Movilidad Militar 2.0, con el que la Comisión Europea y el Alto Representante de la UE, buscaban potenciar esta área por parte de los países europeos. Para ello, se destinaron 1.700 millones de euros comunitarios que sirvieran para reforzar e incrementar las posibilidades de los estados, y ese dinero se estimó que cubriría el período entre 2021 y 2027.

Sin embargo, y a falta de dos años para que se llegue a 2027, el Tribunal de Cuentas ha comunicado que ese dinero ya se ha gastado y no se ha conseguido el objetivo planeado. Para explicar este fiasco, hay varios factores que han influido de forma decisiva; entre ellos, el bajo presupuesto destinado a tal operación y en segundo lugar, el cuello de botella provocado, principalmente, por la burocracia europea.

Según destaca el Tribunal de Cuentas Europeo en el informe, los Estados miembros no cuentan, todavía, con la capacidad de desplazarse por la UE de forma eficiente, ya que apuntan que la movilidad militar ha contado con avances desiguales. "Aún no se ha alcanzado el objetivo de garantizar un desplazamiento rápido y fluido de personal, material y equipos militares dentro y fuera de la UE con poca antelación y a gran escala", tal y como se explica en el comunicado.

De acuerdo con las declaraciones del miembro del Tribunal encargado del informe, Marek Opiola, "la movilidad militar es crucial para que la capacidad de defensa de la UE sea creíble, y claramente es necesaria la celeridad", sin embargo, destaca que hay algunos "cuellos de botella en el camino". Entre ellos, señala a la burocracia, que impide que los carros de combate de un país pueda circular en otro si las circunstancias lo requirieran, debido a la diferente normativa vial de cada país.

Destacan que, actualmente, se necesitan 45 días para notificar los permisos de desplazamiento transfronterizo, de forma que si un aliado pretendiera llegar en caso de emergencia a otro país, le sería imposible.

Ante este escenario, desde la UE señalan que es de capital importancia llegar a este objetivo a la mayor brevedad, ya que Europa se encuentra en un momento donde la guerra de alta intensidad ha vuelto al Viejo Continente y "urge la necesidad estratégica del bloque en materia de movilidad militar".

Todo esto, unido a un mal cálculo del presupuesto por parte de los auditores encargados de cifrar la cantidad que recibiría cada país en esta materia, han provocado un desajuste más que importante en este sentido, algo que explica por qué los 1.700 millones de euros destinados se han quedado muy cortos en relación a las peticiones de los países.

Como posible solución, desde el Tribunal de Cuentas piden que los mecanismos de gobernanza de la movilidad militar en la UE, tan complejos e individualizados, comiencen a compartir puntos de unión y se centren en puntos contacto único, haciendo el proceso mucho más preciso y una financiación más acorde.