Aviso a los que vayan a visitar Venecia por la gran subida del impuesto turístico que plantean: "O ellos o nosotros"
Una medida en fase experimental ha sembrado el debate entre los ciudadanos.
Venecia ha cerrado con cifras récord la fase experimental de su impuesto de entrada al centro histórico, implementado durante 54 días en 2025 y superando con creces las expectativas iniciales.
Con más de 720.000 vales vendidos y 5,4 millones de euros recaudados, el doble que en 2024, el Ayuntamiento considera que el sistema ha funcionado con eficacia. Las tarifas, que oscilaron entre 5 y 10 euros según la fecha, se aplicaron mediante un sistema de control organizado que permitió medir con precisión el flujo de visitantes.
Sin embargo, este éxito administrativo no resuelve un debate que está más vivo que nunca: ¿de verdad se está combatiendo el sobreturismo o simplemente monetizándolo? Miles de turistas siguen llegando solo por el día, pagando la entrada pero sin contribuir al tejido económico local.
Bajo las cifras, crece la resistencia de los venecianos. "Somos una minoría", afirma Giovanna Paparone, propietaria de la histórica tienda Paparone 1908. "Pero estamos vivos. Y decididos a luchar por nuestra ciudad", añade.
Para los menos de 50.000 residentes que aún viven en Venecia, el día a día está marcado por servicios menguantes, una ciudad cada vez más vacía y dificultades logísticas. "Venecia es preciosa, pero no podría vivir aquí", dicen los turistas. Para los locales, en cambio, vivir aquí se vuelve cada vez más difícil.
Ante esta realidad, surgió la propuesta de implantar un impuesto de 100 euros para turistas de un solo día. La iniciativa fue lanzada por Setrak Tokatsian, presidente de la Asociación de la Plaza de San Marcos. "Estamos en estado de emergencia. Los turistas que vienen durante el día no traen nada a la ciudad. No compran nada, no comen en restaurantes, pero usan los servicios públicos", manifiesta en el Corriere della Sera.
Tokatsian denuncia también el auge de vendedores ambulantes ilegales y la caída del consumo en negocios formales: "Veo familias compartiendo una comida. No vendemos nada". La frase que circula entre algunos comerciantes es clara: "O ellos o nosotros".
Para muchos residentes, este impuesto puede ser la única forma de desincentivar el turismo masivo y favorecer a quienes realmente aportan valor. Para otros, sin embargo, es una medida elitista que podría restringir el acceso a uno de los destinos más emblemáticos del mundo.