Berto, agricultor, sobre un sector que va a explotar en el campo: "Si lo haces medio bien, te va a funcionar seguro"
El fontanero agrícola, el nuevo oficio que está revolucionando el campo y ofreciendo salidas laborales reales mientras otros huyen del pueblo.
A Berto lo sigues por cómo habla, no por cómo posa. Tiene las manos curtidas, la gorra algo torcida y un sentido común que no se aprende en ningún máster. Desde su finca, rodeado de tuberías, válvulas y aspersores, ha lanzado una reflexión que ha prendido como el fuego en rastrojo. “Es un trabajo del que nadie habla y no entiendo por qué, porque si lo haces medio bien, te va a funcionar seguro”, dice en uno de sus vídeos, compartido miles de veces en las últimas semanas. Octubre de 2025 y un nuevo fenómeno rural acaba de nacer con acento de pueblo.
El vídeo de Berto (@agriberto11) se ha hecho viral entre quienes nunca habían oído hablar de la fontanería agrícola, un sector silencioso que empieza a sonar con fuerza en los pueblos. “Cada vez va todo más automatizado y tienes que tener algo de información para poder montar este tipo de riegos. Con algo de formación, ganas y esfuerzo; es muy sencillo encontrar trabajo de ello”, explica el agricultor, que lleva tiempo advirtiendo del cambio que vive el campo. Lo dice sin grandilocuencias, mientras sostiene una manguera y mira la tierra con el respeto de quien la entiende.
Detrás de su reflexión hay algo más profundo que un simple nicho laboral. Durante años, la España interior ha visto cómo los jóvenes se marchaban en busca de futuro. Hoy, entre la digitalización y la necesidad de modernizar las explotaciones, surgen nuevas oportunidades que ya no pasan por abandonar el pueblo. La fontanería agrícola, lejos de ser una rareza, se está convirtiendo en un oficio en expansión. Berto lo resume a su manera: “Cuando ves este tipo de cosas que suceden en pueblos te da por pensar: unos huyen y otros ven una oportunidad muy buena en el pueblo”.
El auge del riego automatizado ha disparado la demanda de profesionales capaces de instalar y mantener sistemas inteligentes de agua, sensores de humedad y bombas controladas por aplicaciones móviles. En empresas como iRiego, especializadas en comunidades de regantes, ya hay más de cien personas trabajando en plantilla. Un número impensable hace solo unos años, cuando hablar de fontanería y campo en la misma frase sonaba a chiste.
Y, sin embargo, ahí están: jóvenes que cambian la oficina por la finca, el Excel por el tubo de PVC y las prisas urbanas por un reloj que sigue el ritmo del sol. Berto no presume de nada. Solo cuenta lo que ve, con la franqueza del que sabe que el futuro puede estar justo debajo de sus botas. Su mensaje ha calado porque no vende humo: vende realidad. Una realidad que, esta vez, gotea esperanza.
“Si lo haces medio bien, te va a funcionar seguro.”
—Berto, agricultor y creador de contenido rural.