Conduce 1.500 kilómetros para ir a un juicio y a los minutos le dicen que está absuelto
"El conductor no era yo".
Un largo viaje por carretera, horas de incertidumbre y una acusación grave terminaron resolviéndose en apenas unos minutos. Eso fue lo que vivió un ciudadano húngaro que recorrió cerca de 1.500 kilómetros desde su país hasta la ciudad belga de Gante para comparecer ante un tribunal solo para descubrir que había sido citado por error.
El hombre, de unos 50 años, había recibido una citación judicial por un supuesto accidente ocurrido en un parking subterráneo de la plaza Vrijdagmarkt, en Gante. Según la Fiscalía de Flandes Oriental, un vehículo había chocado contra la barrera de acceso al parking, causó daños materiales y abandonó el lugar sin dar aviso.
Según De Telegraaf, las cámaras de seguridad captaron el incidente y permitieron identificar la matrícula del coche implicado, que estaba registrado a nombre del ciudadano húngaro. Ante la gravedad de la acusación el hombre decidió no arriesgarse y presentarse personalmente ante el juez.
Un acusado por error
El ciudadano estaba acusado de atropello con fuga que podía conllevar una multa de hasta 1.800 euros y una retirada temporal del carné de conducir. Condujo durante horas hasta Bélgica para aclarar lo sucedido, pese a asegurar que no tenía conocimiento alguno del accidente.
Ya en la sala, el acusado se mostró sorprendido y mantuvo su versión con firmeza: él no había estado en el lugar de los hechos. Explicó que su hijo vive en Bélgica y que utiliza el coche en determinadas ocasiones, deslizando por primera vez la posibilidad de que hubiera sido él quien estuviera al volante ese día. “El vehículo es mío, pero el conductor no era yo”, declaró según un medio local.
“Tiene razón"
Tras escuchar su testimonio, la jueza decidió revisar detenidamente las grabaciones de las cámaras de seguridad del aparcamiento. La conclusión fue rápida: el hombre que aparecía en las imágenes no coincidía con el acusado presente en la sala. No había duda posible. “Tiene razón, no fue usted”, reconpoció el tribunal.
La decisión fue inmediata y le absolvieron. El caso quedó cerrado a los pocos minutos de comenzar la vista, poniendo fin a una acusación que, de no haberse presentado el implicado, podría haber terminado en una condena en ausencia.
Aunque el viaje resultó innecesario desde el punto de vista judicial, el hombre se lo tomó con alivio. “Ahora que estoy aquí, al menos voy a visitar a mi familia”, declaró tras conocer el veredicto.