El pueblo de contrabandistas perdido en el monte que cayó en el olvido y ahora es custodiado por solo cuatro mujeres
Un museo dedicado al contrabando y la naturaleza que lo rodea son sus principales atractivos.

La despoblación de las zonas rurales de España se ha agudizado con el paso de los años fruto de ese éxodo hacia las ciudades en busca de oportunidades laborales. En el país, son abundantes los pueblos que intentan sobrevivir a esta situación con menos de una decena de habitantes residiendo entre sus calles. De acuerdo a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y web como España Fascinante al que hace referencia Cuatro, en Illán de Vacas (Toledo) solo hay tres habitantes registrados, mientras que en Villaroya (La Rioja) su población se reduce a cinco habitantes.
Lejos de las fronteras españolas, una situación similar sucede en Erbonne, un pueblo con historias de contrabandistas contadas en un pequeño museo donde únicamente cuatro mujeres son las únicas habitantes.
Un ejemplo de la despoblación
Caminar por sus calles es un vivo ejemplo de la despoblación que le ha ido salpicando a lo largo de los años, tal y como relata el medio Montagna.tv. Si bien en verano aún se llena de turistas, desde 1965 hasta el 2021, lo que era un pueblo animado de 117 habitantes pasó a tener únicamente 15. Su escuela ha pasado a ser una trattoria y lo que fue un lavandero frecuentado por las gentes del pueblo ha quedado relegado a un mero monumento de un rincón rodeado de naturaleza que invita a la relajación.
Sumado a ello, Erbonne es una especie de enclave suizo dentro del territorio italiano. 70 de esos 117 habitantes eran ciudadanos suizos dada la proximidad al país, pero en los años 70 se produjo un gran éxodo rural hacia la Suiza central. En 1969 ya cerró su escuela ante el descenso de estudiantes jóvenes.
Una fuerte historia de contrabando
El contrabando fue una gran fuente de ingresos para Erbonne. Durante décadas, contrabandistas procedentes de Suiza introducían cigarrillos en bricolle -bolsas empleadas para transportar la mercancía- a zonas fronterizas de la región de Como, como es esta localidad mencionada.
Dado que había un paso peatonal desde Suiza hasta Erbonne, el contrabando fue relativamente sencillo, lo que llevó a las autoridades a realizar un fuerte control del paso, con las correspondientes revisiones de documentos. Un pequeño cuartel de la Guardia di Finanza funcionó en la localidad, donde dos funcionarios se dedicaban las 24 horas del día a controlar el paso.
Tal fue la vigilancia que en la década de los 70, el contrabando vio reducidas drásticamente sus cifras, haciendo complicado encontrar en Erbonne cigarrillos, sal y chocolate procedente de Suiza. Toda esta historia puede ser recreada por todo aquel que se acerque al pueblo si visita gratuitamente el Pequeño Museo del Contrabando, inaugurado en 2002. "Conservamos los uniformes de la Policía Financiera Italiana y la Guardia Fronteriza Suiza, la ropa de los contrabandistas y otras reliquias y artefactos de la época" expresa Stefano Agnese, presidente de la sección «Alceo Salvini» de la Asociación Nacional de Financieros Italianos del Valle de Intelvi.
