La echan del supermercado porque su hija de 2 años lloraba y la madre lanza un mensaje contundente sobre los cajeros: "Me humillaron delante de todos"
"Aquí roban, insultan a los dependientes, pero si tu hija de dos años llora, te echan".

El llanto de los niños puede resultar bastante molesto, especialmente para los que no son sus padres. Sin embargo, eso no justifica su expulsión de los sitios, tal y como denunció E, de 38 años, quien tuvo que sufrir que la echasen de un supermercado después de que un cliente del establecimiento se quejara del llanto de una de sus hijas.
"La bebé lloraba y no podía calmarla. El supermercado es muy grande y está casi desierto a esa hora. En conciencia, no se trata de cortesía, sino de intolerancia. Nos quejamos de las cunas vacías, pero la gente ya no soporta nada. Ni siquiera el llanto de una niña de dos años", explicó a vanityfair.
"He visto episodios de mala educación con las cajeras; hay gente que roba y se va con los bolsillos llenos. Me humillaron delante de todos porque mi hija acababa de despertarse y no pude calmarla", agregó la mujer, visiblemente enfadada, quien contó que la niña tan solo lloró durante cinco minutos, tiempo suficiente para que la echasen.
"Primero, un par de señoras me miraron mal, luego, mientras intentaba llamar a mi pareja para que me ayudara a buscar al bebé, una empleada se acercó y me dijo que las personas en la caja se habían quejado del llanto del bebé y me rogaron que me fuera. Estaba tan avergonzada que dejé mi carrito en medio del pasillo, agarré a mis hijas y me fui. Luego, afuera del supermercado, rompí a llorar, en parte por vergüenza, en parte porque sentí que el trato que me habían dado era injusto", señaló finalmente la mujer.
Tras lo ocurrido, la madre decidió escribir un correo electrónico al supermercado para explicarle lo sucedido, momento en el que el comercio le pidió disculpas y le pidió el número de teléfono para investigar el asunto.
Sin embargo, han pasado los días y aún no ha recibido ninguna respuesta, tal y como asegura la misma, que termina pidiendo más empatía al resto de población. "Fue un error legitimar a tres o cuatro adultos molestos por el llanto de una niña, en una situación en la que yo estaba claramente en apuros", sentenció.
