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La piscina natural más bonita de Castilla-La Mancha está a poco más de 2 horas de Madrid y tiene un tobogán de piedra

La piscina natural más bonita de Castilla-La Mancha está a poco más de 2 horas de Madrid y tiene un tobogán de piedra

Combina naturaleza virgen, acceso controlado y un entorno ideal para el baño, el descanso y la aventura.

Zaorejas

Castilla-La Mancha, tierra de contrastes y paisajes que parecen salidos de una postal, guarda entre sus sierras y cañones uno de los secretos mejor conservados del verano peninsular. Mientras muchos buscan la costa para combatir el calor, otros descubren que el interior también puede ofrecer paraísos acuáticos de belleza salvaje y autenticidad intacta.

Uno de estos lugares, que ha captado la atención de medios como National Geographic, se encuentra en la provincia de Guadalajara. Se trata de la piscina natural del Puente de San Pedro, un remanso cristalino en pleno Parque Natural del Alto Tajo que combina naturaleza virgen, acceso controlado y un entorno ideal para el baño, el descanso y la aventura.

A diferencia de otras zonas de baño más concurridas o artificiales, la piscina natural del Puente de San Pedro se forma de manera espontánea en un tramo del joven río Tajo, justo donde sus aguas se ensanchan tras serpentear entre cañones y desfiladeros. Este enclave, situado en el término municipal de Zaorejas, se ha convertido en un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia de baño en plena naturaleza, sin renunciar a la comodidad ni a la seguridad.

Uno de los elementos más singulares de este paraje es su tobogán natural: una formación rocosa suavemente inclinada, pulida por el paso del agua y el tiempo, que permite deslizarse directamente al río. Este detalle, que podría parecer anecdótico, se ha convertido en uno de los grandes atractivos del lugar, especialmente para los más jóvenes y los amantes de las emociones acuáticas. No es raro ver a familias enteras turnándose para lanzarse por esta curiosa rampa de piedra, que añade un toque lúdico a la experiencia sin alterar el entorno.

El acceso a la piscina está regulado durante los meses de julio y agosto mediante un sistema de reserva de aparcamiento, lo que garantiza una afluencia controlada y evita la masificación. Por un precio simbólico, los visitantes pueden estacionar su vehículo y disfrutar de un día completo en un entorno limpio, tranquilo y bien conservado. Esta medida ha sido clave para preservar la calidad del agua y la biodiversidad del entorno, convirtiendo al Puente de San Pedro en un ejemplo de turismo sostenible en espacios naturales.

El paisaje que rodea la piscina es igualmente espectacular. A un lado, un peñasco de más de veinte metros se alza como un vigía natural, coronado por un solitario pino que parece desafiar al viento. Al otro, una arboleda frondosa ofrece sombra y frescor, ideal para quienes desean pasar el día entero al aire libre. Entre ambos extremos, pequeñas calas improvisadas entre matorrales permiten disfrutar del baño con cierta intimidad, incluso en los días de mayor afluencia.

Además del baño, el entorno ofrece múltiples posibilidades para el senderismo, la observación de aves y la fotografía de paisaje. Muy cerca se encuentran otros enclaves de gran interés, como el Salto de Poveda o el Hundido de Armallones, que completan una ruta perfecta para una escapada de fin de semana. La comarca, además, cuenta con una rica oferta cultural y gastronómica, con pueblos como Molina de Aragón o Checa que invitan a descubrir la historia y la tradición de esta parte de Guadalajara.