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Las escobillas del baño clásicas tienen los días contados con los nuevos modelos más saludables y duraderos

Las escobillas del baño clásicas tienen los días contados con los nuevos modelos más saludables y duraderos

Facilita el enjuague y reduce el desgaste con el tiempo.

Un apersona utiliza una escobilla de váter
Escobilla de váterGetty Images/iStockphoto

La clásica escobilla de plástico que durante décadas reinó en los baños está perdiendo terreno. En su lugar, los nuevos modelos de escobillas de silicona se están imponiendo gracias a su diseño más higiénico, resistente y fácil de limpiar. Su flexibilidad evita la acumulación de bacterias y malos olores, dos de los principales problemas del modelo tradicional.

Aunque el inodoro es uno de los lugares más usados de cualquier hogar, también suele ser uno de los más olvidados en las rutinas de limpieza. Los expertos insisten en que mantenerlo en condiciones no solo es una cuestión estética, sino también de salud. La frecuencia de limpieza depende del número de personas que lo utilicen: una vez por semana puede ser suficiente en casas pequeñas, pero en hogares con más miembros o en oficinas se recomienda hacerlo dos o tres veces por semana.

La limpieza eficaz pasa por aplicar productos específicos —líquidos o en espuma— bajo el borde del inodoro, donde más suciedad se acumula. A ello se suma un mantenimiento diario rápido: pasar una toallita desinfectante por la tapa, la base y el pomo ayuda a mantener el baño fresco y libre de gérmenes.

En ese contexto, las herramientas adecuadas son clave. Guantes, paños de microfibra y, sobre todo, un buen cepillo determinan el resultado final. Y es aquí donde los cepillos de silicona están marcando la diferencia. Su material repele el agua y la suciedad, lo que facilita el enjuague y reduce el desgaste con el tiempo.

Además, su durabilidad los convierte en una opción más económica y sostenible. Mientras los cepillos tradicionales necesitan reemplazo frecuente, los nuevos modelos pueden durar mucho más sin perder eficacia. Por ello, cada vez más hogares los adoptan como una alternativa definitiva a los modelos de plástico.

Con precios que rondan los 2,50 euros, estos cepillos se presentan como una inversión pequeña pero efectiva para mejorar la higiene doméstica. Todo apunta a que el viejo cepillo de cerdas duras tiene los días contados: la era del baño limpio, sin gérmenes y sin olores, parece tener nombre propio —la silicona.

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