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Lleva 11 años sin comprar nada: su afán por ahorrar empezó con la búsqueda de un sueño relacionado con España

Lleva 11 años sin comprar nada: su afán por ahorrar empezó con la búsqueda de un sueño relacionado con España

"La felicidad no se puede comprar", asegura.

Anuncio de rebajas en una tienda, en una imagen de archivo.Picasa- Getty Images

Una gran ahorradora. Muchos sienten un nerviosismo u hormigueo cuando llegan las rebajas. Una mujer danesa, Jane Ibsen Piper, conoce muy bien la sensación, pero ha dejado de tenerla. En declaraciones recogidas por el medio danés Jyllands-Posten, ironiza: "Ahora que las estaciones están cambiando, necesitas al menos un abrigo nuevo o tal vez incluso un guardarropa de otoño porque Dios no quiera que te vean con la misma ropa que el año pasado".

Esta mujer danesa es autora de algunos libros como 28 días para la calma económica y La pequeña guía del minimalismo, y en sus redes sociales acumula más de 65.000 seguidores. En ellas, anima a los daneses a echar un vistazo más de cerca a sus hábitos de compra y cambiar sus consumos, por algo "tan simple y, sin embargo, radical", como dejar de comprar cosas.

En declaraciones recogidas por el medio, Ibsen Piper asegura que "suena tan fácil, pero definitivamente no lo es". "Es como dejar de fumar. Todos estamos hartos de la idea de que el consumo sin sentido es bueno. Nos hace felices, libera dopamina y también puede calmar y reconfortar", explica.

De este modo, con un trabajo bien remunerado como contadora, "se encontró despilfarrando dinero en cosas sin importancia". "Soñaba con viajar a España y quedarme un poco más que una simple turista, pero para que eso fuera posible, tuve que dejar de comprar. Dejar de consumir por completo era un requisito previo para poder hacerlo", relata. 

"Al principio, me sentí extremadamente perdida", confiesa. "Había tantas situaciones sociales cotidianas en las que normalmente no me habría dado cuenta de que estaba gastando dinero, pero ahora era vergonzosamente consciente de ello. Tuve que ser yo misma encontrar alternativas gratuitas", explica.

Para llenar el vacío de las compras, la protagonista descubrió que "podía coser, pedir prestado e intercambiar lo que necesitaba". "He estado en esto durante 11 años". Después del primer mes de la detención de sus compras, resultó que tenía el dinero para quedarse en España un mes más, y luego otro mes. "Terminé viviendo en este país durante 10 años. No me faltaba nada. Además, hice algunas de mis mejores y más profundas amistades allí", concluye. "Mi retiro de las compras me cambió la vida. De hecho, descubrí que no se puede comprar la felicidad".

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