Los científicos se sumergen a 3.000 metros de profundidad y topan con una fuga de hidrógeno que podría cambiar las reglas del juego
"El planeta tiene más pulmones de lo esperado".
Descubrimientos sin precedentes en el océano Pacífico: la fosa Kunlun, una misteriosa estructura arquitectónica a 3.000 metros de profundidad. En unas tareas de investigación, unos científicos chinos han tropezado con una anomalía geológica. Se trata de una enorme planta de hidrógeno natural, tan grande como una ciudad.
Según publica el medio francés Média 24, cuando los investigadores se sumergieron a los cráteres de las profundidades marinas, no esperaban que el paisaje fuera "tan caótico", ni "tan esculpido". Además, "a lo largo de las escarpadas paredes, descubrieron fallas abiertas, estratos de minerales congelados y, en el fondo, fluidos calientes ricos en gases: hidrógeno puro".
De acuerdo a los datos recabados por el medio, estos expertos chinos concluyeron que el sitio debe liberar 500.000 millones de moles de hidrógeno cada año, es decir, alrededor de 1.008 millones de toneladas. Esto representa un 5% de todo el hidrógeno producido en los sistemas submarinos del mundo. De este modo, con el precio actual del hidrógeno verde, esto equivaldría a 5.040 millones de euros al año.
Asimismo, en este ecosistema, los científicos chinos encontraron "una fauna extraña y discreta": "camarones traslúcidos, anémonas aferradas a las rocas, gusanos que no han visto la luz del día". "Aquí, no hay fotosíntesis. La vida prospera con la química. Transforma el hidrógeno, el óxido y lo respira. Quizás ahí radica la verdadera riqueza de Kunlun: no en el gas que expulsa, sino en la historia que cuenta", asegura el digital francés.
Hasta ahora, y tal como reza la publicación, se pensaba que estos grandes campos de hidrógeno nacían sólo cerca de las dorsales oceánicas. Este nuevo sistema es la excepción que rompe la regla, ya que demuestra que la serpentinización puede producir enormes cantidades de hidrógeno lejos de las grandes zonas de fricción. Por lo tanto, "el planeta tiene más pulmones de lo esperado".
Este nuevo enclave oceánico puede constituir una fuente de hidrógeno en el futuro. No obstante, también es un recordatorio de que ciertos recursos siempre han estado ahí, "sin extracción destructiva, ni contaminación".