Los jardineros expertos piden emplear estos abonos para tener manzanas y peras jugosas en primavera
Para el crecimiento de los árboles frutales son necesarios tres elementos esenciales: el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
Los árboles frutales, como los manzanos o los perales, necesitan de un suelo bien nutrido para poder crecer de forma correcta y saludable y así producir buenas cosechas y abundantes. Para ello, existen tres elementos básicos que deben tener:
- Nitrógeno (N): ayuda a que las hojas y brotes crezcan de forma más rápida, lo que es fundamental en las primeras etapas de los árboles.
- Potasio (K): contribuye a la formación de frutos e incrementa su sabor, color y jugosidad.
- Fósforo (P): mejora el desarrollo del sistema radicular y la floración.
Además de estos elementos, existen otros como el calcio, el magnesio, el boro y el zinc, los cuales ayudan a mantener lejos a nuestras plantas de posibles enfermedades, además de mejorar la calidad final de la fruta.
Respecto a los fertilizantes más beneficiosos para nuestros manzanos y perales, existen diversas opciones:
- Estiércol fermentado: al contener nitrógeno y otros nutrientes básicos, sirven como uno de los mejores fertilizantes naturales para los perales y los manzanos. Por lo general, se suele aplicar en otoño y a comienzos de la primavera, pero siempre en la base de los árboles, nunca sobre la raíz. Se aconseja utilizar una cantidad de entre 5 y 10 kilos de estiércol por árbol cada dos años.
- Compost: se trata de una buena alternativa para aquellos que buscan un fertilizante natural y económico, pues ayuda a promover el desarrollo de las raíces y mejora la estructura del suelo. Se recomienda aplicar entre 3 y cinco kilos de compost sobre la base del árbol, en otoño y primavera.
- Ceniza de madera: contiene potasio y fósforo, dos de los elementos necesarios para la formación de frutos. Para aplicarlo, se recomienda espolvorear unos 500 gramos de ceniza cerca de cada árbol en primavera. También se puede disolver en agua y regar el suelo desde la raíz.
- Fertilizantes minerales: algunos ejemplos son el nitrato de armonio, el superfosfato o el sulfato de potasio.
- Boro y zinc: es fundamental, ya que la falta de boro puede contribuir a que los frutos del árbol salgan deformes y afectar a su floración. Se aconseja rociar la mezcla sobre las hojas, en las concentraciones señaladas por el fabricante.
Además, para obtener unos mejores resultados se recomienda utilizar estos productos en el momento adecuado.
- Primavera (marzo-abril): aplicación de nitrógeno para favorecer el crecimiento de los brotes.
- Antes de la floración (abril-mayo): fertilización con fósforo y potasio para ayudar a la floración.
- Después de la unión de frutos (junio-julio): aplicación de potasio y microelementos (calcio, zinc…) para estimular la formación de frutos.
- Otoño (septiembre-octubre): utilizar fertilizantes orgánicos como el estiércol o el compost y el fósforo para ayudar a las raíces.
Finalmente, otro de los consejos que los jardineros suelen realizar es utilizar una mezcla de fertilizantes orgánicos y minerales para mantener el equilibrio de nutrientes.