Los ladrones de esta popular película muy navideña no sobrevivirían ni 5 minutos en la vida real
Todo lo que ocurre en la película está sumamente exagerado.

El fenómeno de Solo en Casa es un clásico de cualquier Navidad. Para muchas familias, un ritual. Claramente, es una ficción, y todo lo que ocurre en la película está sumamente exagerado. Así lo define la revista griega In. "Si algo de lo que ocurre en la película, hubiera pasado en la vida real, no estaríamos hablando de una comedia navideña, sino un thriller duro", bromean.
En la secuencia, y tal y como recoge la publicación, su protagonista, Kevin McCallister interpretado por Macaulay Culkin, no solo pone trampas, sino mecanismos que podrían llevar a la muerte en la vida real. "El humor de la película se basa en la exageración, pero el cuerpo humano no soportaría".
El medio de comunicación descompone cada una de las trampas con las que el joven reta a los delincuentes. Empecemos por lo básico: "el cráneo protege el cerebro, pero no es indestructible". De este modo, y tal y como apunta el profesor de anatomía de la Universidad de Lancaster, si un objeto pesado retumba en esta parte del cuerpo, tal y como lo hace en la película "puede causar fracturas graves, hemorragias internas o pérdida inmediata de funciones vitales".
Según la revista, lo mismo ocurre con las caídas, los golpes fuertes en el pecho, los aplastamientos por objetos pesados: "todo esto alude a lesiones que los médicos suelen ver tras accidentes de tráfico graves". Hay escenas que parecen "inocentes". Un resbalón, una caída hacia atrás, una estantería que se derrumba. En la vida real, esos momentos suelen ser más peligrosos de lo que parecen.
La electricidad es otro ejemplo más de arbitrariedad cinematográfica. El profesor universitario explica que el contacto con una corriente eléctrica puede "bloquear" los músculos, alterar el ritmo cardíaco y provocar un paro cardíaco. "No hay esqueletos fosforescentes: hay quemaduras, daños nerviosos y un riesgo serio de muerte".
Lo mismo ocurre con las quemaduras. El fuego no es un shock momentáneo que pasa. Incluso unos segundos son suficientes para la destrucción permanente de tejidos y nervios, explica el profesional. De hecho, cuando hay materiales inflamables involucrados, los efectos se extienden a los sistemas respiratorio y nervioso, con consecuencias que no pueden "borrarse" con un corte en la edición.
