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Pocos saben que el Palacio Real alberga la única farola republicana que queda en Madrid

Pocos saben que el Palacio Real alberga la única farola republicana que queda en Madrid

Todo un vestigio histórico que ha sobrevivido al franquismo.

Farola iluminando la calle.Getty Images/500px

Madrid cuenta con miles de farolas que iluminan sus calles, plazas y avenidas, combinando funcionalidad y estética para acompañar el paso de los peatones por la noche. Estas son conocidas como fernandinas, caracterizadas por tener una corona real en lo alto y dos efes de Fernando VII en la base, acompañadas del número 1832. A priori, estos son elementos del mobiliario urbano que no llaman demasiado la atención, pero hay una particularmente especial.

Se trata de la única farola de la II República que sobrevivió a la dictadura de Franco y todavía se puede visitar en plena capital. Se encuentra en el Palacio Real, en la esquina de la calle Bailén con los jardines de Sabatini. Curiosamente, esta plaza era uno de los lugares predilectos por el franquista para dar sus discursos y donde se producían las manifestaciones públicas de adhesión al régimen.

Esta farola, única en su especie en toda España, se forjó entre 1931 y 1939, al igual que muchas otras que se colocaron en diferentes puntos del país. A simple vista, su silueta se puede confundir con una de las farolas más modernas, pero basta fijarse en el remate superior para descubrir la característica que la diferencia: una corona mural o cívica. Esta misma se utilizaba en el escudo de la república.

Una auténtica superviviente

Estas coronas murales tienen unas almenas que simbolizan las murallas o fortificaciones de territorios determinados. En concreto, la que lleva esta farola madrileña es la conocida como heráldica castellana, que representa al Reino de Castilla y es diferentes de las fernandinas que se usan en la actualidad. La corona mural empezó a aparecer en lo escudos de España a partir de 1868, y un año más tarde comienza a presentarse en monedas, sellos y otros escudos.

Esta surgió para sustituir a la corona real, por lo que no representa la monarquía, sino que simboliza el poder civil y la fortaleza de la comunidad. Lo más curioso es que el resto de elementos del mobiliario urbano que recordaban a la república fueron destruidos durante la dictadura franquista. Por lo que cabe preguntarse cómo este vestigio ha logrado pasar desapercibido en un lugar tan concurrido como el Palacio Real y sobrevivir así al franquismo.

Aunque hay quienes creen que existen varias farolas republicanas distribuidas por la capital, o incluso en otras regiones españolas, lo cierto es que los expertos coinciden en que esta es la última. Así, bajo el imponente perfil del Palacio Real, esta humilde farola sigue iluminando no solo las calles, sino también la memoria de una ciudad que ha vivido cambios importantísimos en la historia de España.