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Se adentran en una cueva española y emergen con algunas de las herramientas más antiguas

Se adentran en una cueva española y emergen con algunas de las herramientas más antiguas

Los investigadores han hallado huesos que provienen de al menos cinco especies de grandes ballenas.

Excavaciones realizadas en 2022 en la cueva vasca de Isturitz, Francia, donde se descubrieron varias docenas de huesos de ballena.Jean-Marc Pétillon, Christian Normand.

Las herramientas de piedra prehistóricas se encuentran entre las evidencias más antiguas e importantes  de una época en la que nuestra especie comenzó a desarrollar un mayor nivel de inteligencia. Muchas también se fabricaron con huesos de animales , incluyendo los de algunos de los animales más grandes del planeta. Ahora, una nueva investigación revela que los humanos que vivieron hasta hace 20.000 años podrían haber fabricado herramientas con huesos de ballena, tal y como publica Popular Science

Y es que este descubrimiento no sólo profundiza en la historia del uso temprano de herramientas por parte de los humanos, sino que también ofrece una visión de la ecología antigua de las ballenas. Los hallazgos se detallan, además, en un estudio publicado el pasado mayo en la revista Nature Communications.

“Que los humanos frecuentaran la costa y aprovecharan sus recursos es probablemente tan antiguo como la humanidad”, según ha declarado a Popular Science Jean-Marc Pétillon , arqueólogo de la Universidad Toulouse Jean Jaurès (Francia) y coautor del estudio . “Existe evidencia de que las ballenas comían carroña en el yacimiento de Dungo 5, en Angola, que data de hace un millón de años”.

“Las herramientas datan de entre 20.000 y 16.000 años antes del presente, un período muy anterior a la invención de la agricultura, durante el cual todos los grupos humanos del mundo vivían como cazadores-recolectores nómadas”, afirma Pétillon. “Climáticamente, ésta es la última parte de la última glaciación, con un clima mucho más frío que el actual”.

Ese clima más frío provocó que el nivel del mar fuera aproximadamente 120 metros más bajo que el actual. Con este cambio en el nivel del mar, no existe evidencia directa de las ocupaciones humanas en la costa, ya que el aumento del nivel del mar las extinguió o los asentamientos quedaron sepultados bajo unos 90 metros de agua. Con lo cual, ante esa falta de evidencia, siempre se ha considerado a los pueblos paleolíticos como cazadores de tierras interiores. Quienes vivían en la actual Europa occidental habrían cazado ciervos, renos, bisontes, caballos e íbices. Si bien cazaban tierra adentro, existe una creciente creencia en los últimos 20 años, basada en diversos estudios, de que también aprovechaban las costas paleolíticas.

“Existen estudios que demuestran que las personas también recolectaban conchas, cazaban aves marinas, pescaban peces marinos, etc., como complemento a la dieta terrestre. Estos estudios fueron posibles gracias a que los habitantes del Paleolítico transportaron restos de origen marino desde la costa hacia yacimientos del interior”, explica Pétillon. “Nuestro estudio añade las ballenas a la lista. Es una contribución más que demuestra que los humanos del Paleolítico Tardío también frecuentaban regularmente la costa y utilizaban sus recursos”, resalta.

En este nuevo estudio, los científicos han analizado 83 herramientas óseas excavadas en yacimientos del Golfo de Vizcaya (España) y 90 huesos adicionales desenterrados en la cueva de Santa Catalina (España). Utilizaron espectrometría de masas y datación por radiocarbono para identificar la especie a la que pertenecían los huesos y estimar la edad de las muestras.

Los huesos provienen de al menos cinco especies de grandes ballenas: cachalote , ballena de aleta, ballena azul , ballena gris y ballena franca o ballena de Groenlandia. Estas dos últimas especies son indistinguibles mediante esta técnica. Los especímenes de ballena más antiguos datan de hace aproximadamente entre 19.000 y 20.000 años, lo que representa una de las primeras evidencias conocidas de que los humanos utilizaban restos de ballenas para fabricar herramientas. Algunas de las puntas de hueso de ballena medían más de 38 centímetros de largo.