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Un exprofesor de informática sufre una estafa por un préstamo de 50.000 euros, pero la policía tenía otros planes

Un exprofesor de informática sufre una estafa por un préstamo de 50.000 euros, pero la policía tenía otros planes

"Así no se puede vivir. Siempre encuentran uno nuevo".

Imagen de archivo de un portátil que muestra en la pantalla una advertencia de nuevas notificaciones por correo electrónico, contraseña de pirateo y datos personales.Getty Images

Los ciberdelincuentes han perfeccionado tanto sus métodos que pueden convertir en víctimas hasta a los más expertos. Si no que se lo digan a Giuseppe Marcon, profesor jubilado de informática residente en Castelfranco (Italia) que, en agosto, vio cómo una banda de estafadores digitales logró activar un SPID a su nombre, abrir cuentas bancarias y solicitar un préstamo de 50.000 euros a devolver con una quinta parte de su pensión.

Todo esto ocurrió sin que el hombre de 72 años se diera cuenta. El 5 de agosto, recibió en su domicilio una tarjeta de crédito de Credem. La cuenta había sido activada en línea utilizando su identidad digital. Alarmado, contactó con su proveedor de servicios, Aruba, y la respuesta fue aún más inquietante: alguien había generado un segundo SPID con otro proveedor, usurpando sus datos

Víctima del parón burocrático en verano

El profesor acudió de inmediato a los Carabineros para denunciar, pero se encontró con diversos ostáculos propios de la época estival. La sede de Venecia lo redirigió a Treviso, pero la burocracia jugó a favor de los estafadores. "El 12 de agosto contacté con la policía postal de Treviso, pero me dijeron que la oficina estaba cerrada por vacaciones", relata a Corriere del Veneto.

No obstante, el verdadero golpe llegó semanas después. El 26 de agosto, mientras iniciaba sus vacaciones, Marcon recibió un correo electrónico certificado del INPS en el que se le notificaba que se había activado una solicitud de préstamo sobre su pensión. "Era un correo de una sola línea que podría haber pasado por alto. El INPS, sin duda, se tomó las cosas con demasiada ligereza", lamenta.

Los delincuentes habían utilizado el SPID y su documentación para obtener un crédito de 50.000 euros con Dynamica Retail, del Banco Desio. El préstamo se desembolsó el 3 de septiembre y debía pagarse en cuotas mensuales de 479 euros. La carta de confirmación enviada a su domicilio llegó con retraso, lo que prolongó el desconcierto.

Afortunadamente, el gerente del banco, al ser informado, reconstruyó la operación y congeló los pagos, aunque los estafadores ya habían logrado retirar cerca de 10.000 euros. Fueron delatados al cometer un error en la modificación de los datos de Marcon, cambiaron su dirección por una en Mestre y añadieron un número de móvil perteneciente a un ciudadano ghanés en Roma, pero olvidaron alterar la dirección de correo electrónico certificada original, la clave que permitió al profesor descubrir el fraude.

Aunque el daño económico fue limitado, la sensación de vulnerabilidad persiste. "Por desgracia, no podemos detener el SPID, aunque esté vinculado a un documento de identidad cancelado. Pueden acceder a mi expediente fiscal o cambiar el IBAN en el portal del INPS", advierte Marcon. "En las últimas semanas he descubierto otros casos, así no se puede vivir. Siempre encuentran uno nuevo", concluye.

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